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Del sentir a la memoria:
crepúsculo en Somiedo

HiFer, 2017

por Antonio Álvarez Rodríguez

El libro, Del sentir a la memoria: crepúsculo en Somiedo, consta de 596 páginas en tamaño 22x31 cm, pesó al nacer dos kilos seiscientos gramos, está editado por elsastredeloslibros.es y tiene un isbn: 978-84-16209-91-0.

El siguiente escalón será la presentación en Oviedo, para la cual estamos buscando un local adecuado (os avisaremos oportunamente y por varias vías); luego se dispondrá para la venta en librería y páginas WEB;  posteriormente será presentado en Somiedo, a lo largo del verano.

Os dejamos un enlace para descargar un pdf con un extracto del mismo. Son unas cuantas páginas, para hojear un tanto, un aperitivo antes de poder contemplar el libro completo. Son muchas páginas, algunos opinan que excesivas; pero era tanto lo que la gente nos contó y tanto lo que el devenir  de esta parroquia somedana ha trajinado por la historia, que no queríamos dejar nada en el olvido. Nada al menos de lo que logramos conocer. Vosotros juzgaréis el éxito o el fracaso de la empresa. 

Texto de la contraportada

Esta memoria que aquí se cierra temporalmente, constituye un merecido homenaje y tributo al devenir de la historia en un rincón de Somiedo en torno al finalizado milenio. Sin que fuera esa nuestra intención, quizás hayamos escrito el epitafio de ese milenio, de un modo de vida que compartimos, no solo con mujeres y hombres somedanos, sino también con otros miles de asturianos que poblaron los valles y crecieron entre las montañas.

Los cambios que alumbra el fin del siglo XX y el inicio del XXI, la han convertido en la crónica final de unos tiempos que se fueron. El crepúsculo de un modo de vida y el atisbo de un emocionante y prometedor futuro. Un amanecer que aún no sabemos dónde nos conducirá.

Surgen nuevas formas y modos de ver el paisaje, que sin pretenderlo, nos convierten en extraños, en extranjeros de nuestra tierra, cuando no, en potenciales infractores o delincuentes por querer hacer lo que siempre se ha hecho: cuidar la tierra, trabajar duro y cultivarla; mantener a raya lo bravo frente a lo útil y preservar nuestros campos y animales de  las alimañas.  

No obstante, no deberíamos renunciar a esa esperanza que trae el nuevo milenio -del que otros harán crónica cuando corresponda-. A este renacido crepúsculo, que sin embargo, alumbra el horizonte con tan numerosos cambios que al campesino le desconciertan, incluso le molestan, perturban, abruman..., y que no alcanza a comprender, porque alteran los ritmos y vida que él ha conocido y practicado; y que además parecen ambicionar una incomprensible neolitización del territorio, o al menos de parte de él.

Texto de la contrasolapa

Estimados lectores: esta memoria monográfica que aquí os mostramos, viene a ser la memoria de testamento de la  parroquia y coto de Aguino y Perlunes.  La que nos vio nacer y alimentó nuestra adolescencia,  no solo con buen pan de escanda y trigo, matanza de cerdo con que sazonar berzas y patatas, cuecho, huevos, poca fruta, alguna cucharada de miel, y abundante y sabrosa leche con sus derivados, sino también con experiencias que no se borrarán jamás, como les ocurre a tantos otros somedanos. 

Sus lugares, su historia, sus gentes, y sobre todo sus vivencias, han sido la guía y el sustento que da sentido a lo aquí contenido. Es una parroquia pequeña, afincada en el concejo de Somiedo, pero suficiente para representar cualquier aldea o cualquier valle asturiano, en especial los que descienden de la portentosa cordillera que nos separa de León y del resto de España.

Entre otras conclusiones, dos aspectos destacan por encima del resto: de una parte la constatacion de que el porcentaje de fincas particulares, inferior al 16% del territorio, parece haber obligado a la poblacion a compatibilizar otros oficios con la agricultura, de los que destacan la arriería y la sastrería.  De otra parte nos llama la atencion la nula presencia de hombres y mujeres casadas en la parroquia y provenientes de la provincia de León, a lo largo de los siglos XVIII al XX, analizados en detalle.

Cabe señalar también que hacia 1752, los 63 vecinos de esta parroquia declaraban poseer más de mil animales domésticos, con que se proveían el sustento diario, lo que permitió nutrir de recios brazos a tantas ciudades e industrias y pagar impuestos para construir palacios y catedrales; todo ello manteniendo un esmero y una diversidad de paisaje, cuya visión era admirable para viajeros y visitantes, muy superior a la aburrida monotonía del matorral y del sotobosque con que ahora se van repoblando sin orden ni sentido, montes, cortinales y naliegas.

De todo ese estudio, de toda esa observación y reflexión es fruto este texto, si bien el autor no ha podido evitar ir un poco más allá y novelar algunos pasajes de nuestra historia, poner prosa, e incluso verso, allí donde nos pareció oportuno resaltar algún sucedido importante; y también dejar entreveradas entre tanto texto, nuestras propias opiniones y puntos de vista sobre muy diversos temas, desde religión hasta filosofía, pasando incluso por consideraciones de dieta y consejos para la vida, de quien ya va peinando muchas canas y que de buena gana vendería algún año que otro, para aliviar la carga...

No obstante estas licencias, las opiniones que se recogen son mayoritariamente las de nuestros mayores, las que ellos nos han manifestado en estos largos años de preparación.

No pretendemos con ello enunciar ningún manifiesto, sentar cátedra, ni  faltar al respeto a persona o institución alguna, solamente recoger datos y algunos testimonios, por más que estos no se ajusten a las corrientes de opinión actuales, o a la legislación vigente. Una legislación que ha cambiado con tanta rapidez, que nuestros mayores no han sabido ni podido asimilarla, y mucho menos comprenderla y acatarla.