Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

 

Con aquella idea de la solidaridad inmemorial
desde remotas culturas prerromanas,
que recuerda Paco Ibáñez:

"Hay que vivir colectivamente,
ser conscientes, en cada momento,
de que el otro existe; saber
que no eres el único en el mundo"

(Paco Ibáñez) .

Los zamarrones de Lena
y otras mascaradas muy arraigadas

Comenzando por las mismas palabras

A) La máscara y las mascaradas: lo que hay más allá de la voz oral personificada, enmascarada

Una máscara es la careta, figura que representa un rostro humano, animal, imaginario, para cubrirse la cara y no ser reconocido; así, el individuo, una vez disfrazado, tomando el aspecto de otro, podría realizar toda una serie de acciones, escenificaciones teatrales, con objetivos diversos: practicar ritos, divertir, criticar, imitar, informar... El actor concreto, conocido, no iba a ser identificado: había que convertirlo en lenguaje universal.

Así, las mascaradas creadas al final de la Edad Media, se fueron haciendo muy populares en distintas regiones, con sus atuendos y máscaras en cada caso y según la época del año'. Y con reminiscencias evidentes en los antiguos temas lupercales, bacanales, cinegéticos, rituales..., desde remotas culturas prerromanas.

La etimología se acepta del árabe, masharah (objeto de risa); a través del italiano, màschera: máscara de teatro; luego, careta de carnaval, persona disfrazada y similares. Porque, más allá de la voz, se esconde la realidad de cada uno o cada una. La persona, la personalidad, es sólo lo que suena, lo que aparenta, lo que parece, lo externo.

B) La misma voz persona comenzó como una máscara

La persona es el individu masculino o femenino, con características propias; de ahí tantos derivados: personarse, presentarse en persona, hacer acto de presencia; en ocasiones, con un matiz testimonial, reivindicativo'. Pero, en el origen, con el significado de 'máscara, disfraz, aspecto externo'.

Voz supuesta del etrusco, phersu; lat. per sonum (através del sonido, ruido), que resuena através de una máscara; porque, en sus orígenes la persona designaba la máscara que se ponían los actores en las representaciones teatrales para expresase en público, en los espectáculos; en el teatro griego y latino, no había altavoces, micrófonos, ni voz suficiente en los teatros para llegar a todo el público espectante en las gradas. Con las máscaras, los atuendos, se expresaban, y se entendían, mejor.

Así, las distintas máscaras suplían esa ausencia de voz, pues cada máscara suponía la expresión principal del actor: un sentimiento, un gesto, muezca, imagen..., de alegría, tristeza, humor, crítica, ironía...; de ahí también, la personalidad: en realidad, la máscara que nos ponemos -o nos fabricamos- para cada ocasión, lo que queremos aparentar, cómo queremos que nos vean, que nos oigan, que nos interpreten...

Por ello, en aquel tipo de representación teatral grecolatina, escenificada, lo principal, era la careta, la máscara, que sólo deja un espacio a la boca para lanzar algún sonido más fuerte, concentrado, grito, pero sólo complemento de toda la máscara de la cara, del cuerpo disfrazado; "el medio es el mensaje", que llegó a nuestros días en la comunicación más avanzada, que decía MacLuhan.

Y, antes de la voz máscara, en griego la expresión era pros oppos (delante de la cara), como permaneció en la  prosopopeya (descripción de la persona, lo que se ve de la persona).

C) Algunos términos asturianos, mascarados, con funciones similares

Sidros. Otra forma de los actores de mascaradas, tal vez a partir de la reducción del antropónimo Isidro, como personaje popular de resgos peyorativos, excéntricos, por su aspecto en el pueblo, una vez envejecido, y ya con poco aprecio, poco prestigiado por razones diversas. De Isidro, a Sidro..., y a sidros. ALgunos suponen un influjo de la voz sidra, pues en esta época invernal, se bebía la sidra cosechada en otoño-invierno.

Guirrios. Tal vez a partir del lat. garrire (gorgojear, hablar mucho, hablar por hablar), de donde garrulus (charlatán), garrulo (charlatán, de poco juicio). De donde el género zoológico Garrulus glandarius, y similares, aplicado a las urracas, glayos, arrendajos..., porque glayan, gritan mucho.

Aguilanderos, aguinalderos. De la expresión latina ad in hoc anno (adecuado para este año), tal vez, por el donativo, pago..., que se hacía en especie por Navidá, Reyes: l'aguinaldo. Así iban por las casas cada año, cantando, danzando, escenificando.., para recibir la donación de una casa. Se conserva en Ponga, pidiendo l'aguinaldo cada en invierno y a caballo.

D) El tiempo, los atuendos, disfraces, los temas..., de las mascaradas

En su conjunto, este tipo de representaciones populares, comedias..., se hacía a partir del invierno, que, en muchas zonas se extendía por el antroxu y carnavales arriba, hasta la cuaresma; la época de menos trabajo en el campo y más estancia en el poblado, en casa...,

Los disfraces eran muy variados, según las zonas, pero siempre en relación con los utensilios, atuendos, de su vida agropecuaria inmediata: pelleyos d'oveya, de llobu, de zorru, esquilones, cencerros, palos, varales...; lo que se usaba a diario; acompañados de saltos, brincos, cencerradas....

Y los temas, los gestos para la representación escenificada, para las comedias..., eran muchos: asuntos de actualidad, de moda entonces, desde tiempos medievales hasta estos mismos días: los gobernantes, los ricos, los caciques, los amores, los impuestos, los conflictos sociales, las rivalidades entre los pueblos vecinos, los temas religiosos; más tarde, las reivindicaciones obreras, los borrachos, los xugaores diversos..., ya más modernos, sobre todo.

La traducción de las mascaradas a estos tiempos supone toda una gama de tradiciones muy arraigadas en las diversas regiones peninsulares y universales, incluso por el año arriba: carnavales, antroxos...; con toda esa gama de personajes y costumbres, ahora con mayor carga crítica, burlesca: políticos, personajes -ellos y ellas- de la política, la vida pública, los famosos, los corruptos, los de pasarelas y cotilleos, la farándula diaria en los medios más familiares en las pantallas de todo tipo...

En fin, la vida actual escenificada, sin necesidad de voz más notoria para hacerse entender por cualquier público: el lenguaje gestual al completo, de los cinco sentidos, sin ir más lejos. El tipo de lenguaje que llegó a ser tan poderoso en estos tiempos tan tecnificados y dixitales, al alcance de una mayoría.

E) Los zamarrones de Lena.

Sabido es que el tema de los zamarrones es amplio, extendido por varias culturas rurales más allá de Asturias (León, Zamora, Salamanca, Cantabria...), en relación con las fiestas de Carnaval, y tan discutido en su etimología como en sus remotas referencias prerromanas. Muchas teorías al respecto y diversas interpretaciones populares. El caso concreto de Lena tiene su morfología particular.

Pero en el origen remoto, prerromano, en la lingüística, hay alguna coincidencia más; la palabra zamarrón, en principio, pudiera proceder de zamarra: en opinión de Corominas, tal vez del ibérico zamar (vellón del ganado lanar; luego, pellico, zamarra'), que en vasco resultó zamar-ra. Hay samarra, en portugués; samarra, samarreta, en catalán; samarre, en occitano, ya con el sentido de prendas de vestir en sus ligeras variantes.

La voz çamarrón ya se cita en el siglo XII, con el sentido de prenda de vestir de cuero; y luego, como vestidura rústica de piel de carnero.

Pero no hay un acuerdo completo en la palabra:

"La palabra zamarrones -leemos en la web https://www.tapatalk.com- parecería, en principio, un derivado de zamarra, palabra de origen vasco. No obstante, la cosa debe ser más complicada, puesto que estos personajes reciben diversos nombres a lo largo de la península sobre los que, sin duda, ha actuado la etimología popular: zaharrón, zamarrón, zanfarrón, zagarrón, zamarrero, zangarrón, cigarrón, mazarrón, zarrón, zarromaco, zarromoco, zarramaco.

En la literatura antigua tenemos "çaharrones" en las Partidas de Alfonso X, zafarrones en el "Libro de Buen Amor" y zancarrones en "La pícara justina".

En fin, resulta, difícil, pues, saber cuál era la palabra original. Según cuál fuera, podríamos relacionarla con zahar ('viejo' en vasco), con zango ('pierna') o con zamar ('pelliza' , compárese también zamari , 'caballo', 'bestia de carga'; zama , 'carga' , zamatu , 'cargar' y Zamalzain nombre de un personaje de las mascaradas vascas, 'arriero', 'cuidador de caballos')"
(https://www.tapatalk.com/groups/fhb/etimologia-de-zamarrones-t118.html)

F) Los estudios de Nuevo Zarracina

Daniel G. Nuevo Zarracina estudia con detalle los zamarrones ("Guirrrios y zamarrones". RDTP, t. IV, pp. 1-23, cuaderno 2º). El autor parte de la posibilidad de que los zamarrones y las zamarronadas de Lena pudieran estar en relación con las fiestas romanas lupercales: en relación con Luperca divinidad o loba que amamantó a Rómulo y Remo, en el monte consagrado a Pan Luperco..

El hecho de que los zamarrones sean propios de La Vega'l Ciegu, lo interpreta Zarracina como un proceso de romanización en torno a Vidriales, donde fueron hallados los restos de la villa hoy Mamorana. Dice el autor que los zamarrones de Lena se diferencian de otras culturas en que desfilaban en formación militar tipo marcial. Representan un avance típico militar y guerrero.

Sospecha el autor que los romanos podían haber encontrado en Vidriales "un lugar apropiado para sus fiestas y poder ahuyentar los lobos que descendían de Brañavalera". Es decir, se trataría de unas zamarronadas de tipo lupercal por su origen. Y de tipo guerrero, por su forma.

Los zamarrones eran cuadrillas de mozos disfrazados con esteras de esparto que ceñían al cuerpo mediante correas o cornales del xugu, o de xunir las vacas. Cada uno llevaba varios cencerros grandes, y a modo de formación militar, a paso lento, desfilaban al ritmo marcado por el tambor. Giraban, botaban y hacían gestos para hacer sonar ruidosamente los cencerros. Estas cuadrillas tenían el objetivo de pedir l'aguinaldo, aceptando lo mismo dinero que donativos en especie.

Los zamarrones (çagarrones, çaharrones...) son figuras de enmascarados que iban detrás de las procesiones para detener a los muchachos que molestaban. Así se disfrazaban hasta de diablos. Eran formaciones tipo guerrero que desfilaban muy organizados en movimientos acampasados.

Una descripción al detalle:

"El zamarrón de Lena "va cubierto... por dos grandes esterones de esparto, teñidos de colores rojo y amarillo, unidos en los hombros y ceñidos fuertemente al cuerpo con las recias correas, denominadas cornales, empleadas para uncir las parejas de vacas o bueyes al yugo y sujetar éste al pértigu del carro. Estas correas las cruzan sobre pecho y espalda y dando varias vueltas a la cintura a fin de ajustar los esterones y suspender de ella los grandes cencerros que lleva batiendo sobre las cadenas"

Más abajo continúa Zarracina:

"Cubren su cabeza con una boina roja y anudado al cuello llevan un gran pañolón de seda de vivos tonos. Sobre los hombros prenden vistosos pañuelos de seda que las mozas del pueblo les ofrendan con galantería a esta demostración... de fuerza y gallardía"

"Calzan abarcas de cuero cuyas correas enlazan por encima del pantalón hasta la rodilla, o en su defecto toscos zapatones de becerro. Llevan en la mano sendos garrotes o palancas, asidos por un extremo; levantados mientras andan moviéndose de izquierda a derecha con fuertes contorsiones, batiendo los cencerros sobre caderas, pecho y espalda, haciéndoles sonar con ensordecedor estrépito".

"Y como éste, doce, dieciséis o veinte, formados de cuatro en fondo y avanzando rítmicamente al son del redoble de un tambor, con sus característicos y violentos movimientos, batiendo a la vez los cencerros, produciendo un ruido atronador que sobrecogía el ánimo".

Termina Zarracina la descripción:

"Estas zamarronadas van mandadas por un mozo, que con el nombre de capitán y vistiendo un uniforme militar recargado de galones y estrellas, gorra con alto plumero y sable en mano, marcha adelante, marcando el compás a los zamarrones".

En fin, los zamarrones se recuerdan por diversos pueblos de Lena: La Vega'l Ciegu, Villayana, La Frecha, Malveo... Y son famosas sus luchas cuando se encontraban los de un pueblo con los de otro. Tal vez, un recuerdo -y documento etnográfico más- de las rivalidades y luchas entre los mozos de pueblos vecinos por el cortejo de alguna moza local: muchas fiestas y romerías acababan a palos de verdá, hasta no hace muchos lustros...

G) Mucho más allá de estas montañas:

“El zamarron -leemos en Wikipedia- es un personaje ancestral interpretado por uno o varios de los mozos del pueblo, ataviados con pieles de lana de oveja negra sobre chaquetas de lana basta y un gorro ajustado de lana o paño negro. Bajo las pieles visten ropa oscura y botas de cuero negro, cruzando sobre toda la indumentaria dos cinturones de los que cuelgan cencerros conocidos tradicionalmente como lloqueros para hacer el mayor ruido posible.

Para cubrir la cara, tiznada de negro, utilizan caretas y caperuzas que pueden ir acompañadas de cuernos de vaca o, en caso de no disponer de ellos, varas de madera talladas. Acompañan esta indumentaria portan vejigas hinchadas de cerdo atadas a palos para golpear a la gente y un cuerno conocido como turullo para acompañar el ruido de los cencerros” (Wikipedia)

H) Una misma cultura, más allá de los pueblos de Tsena:

  1. Vicente Rodríguez Hevia y AA.VV: Guirrios na Cuenca Minera del Nalón, y AA.VV.: https://drupal.gijon.es/sites/default/files/2022-02/31-Guirrios%20na%20cuenca%20minera%20Nal%C3%B3n_0.pdf

  2. Daniel Nuevo Zarracina. "Guirrrios y zamarrones". 1948,.RDTP, t. IV, pp. 1-23, cuaderno 2º,

  3. Zamarrones en Zamora, por Chany Sebastián: https://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2018/12/24/zamarrones-caballicos-llevan-tres-siglos/1133416.html

  4. Mascaradas de invierno y de verano, por Chany Sebastián: https://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2016/06/30/mascaradas-invierno-verano-animaran-dia/936068.html

  5. Mascaradas en la Península Ibérica: por Francisco José Pérez (en PDF)

  6. Las mascaradas, concepto, historia: https://es.wikipedia.org/wiki/Mascarada

Libros sobre ell conceyu Lena
Xulio Concepción Suárez

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