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"...prueba clara de que hubo por estas laderas muchas viñas en lo antiguo. Aún se ven estas parras hacia el puerto, y señaladamente en Llanos de Somerón
(Jovellanos, Diario V).

 

YANOS DE SOMERÓN,
CHANOS DE SOMERÓN,
LLANOS DE SOMERÓN

En parte publicado en el libro
Por los pueblos de Lena.
La voz de los mayores, los oficios artesanos,
los cambios de los tiempos.

(pp. 529 ss).
Xulio Concepción Suárez.
Ed. HiFer. 2014.
Oviedo

Entre Yanos, Chanos y Llanos

Lugar de la parroquia de Yanos (Lena), que se encuentra a 19,2 kms. de la capital municipal, con una altitud de unos 890 ms. Su población es de 52 habitantes: llegó a tener 345 por los años veinte. El poblado (para los paisanos de antes, Chanos de Somerón) se levantó a media ladera del Payares, en un rellano soleado y vistoso, entre la profunda vaguada del río que desciende de Valgrande, y los altos del Carril, Sierrascrita, El Curuchu Braña y La Vega'l Puzu.

Hoy, las reformas toponímicas oficiales, decidieron poner en los letreros Chanos de Somerón, siguiendo la fonética de la zona que justifica es realización antigua del topónimo. Pero entre los vecinos y vecinas hay un cierto desacuerdo, porque dicen que ahora es Yanos de Somerón entre la mayoría de los hablantes, de forma que no habría que recurrir a un nombre que ya no es de uso en las caleyas del pueblu. Ellos prefieren Yanos, pero sin descartar Llanos, que les gusta articular a algunos también, sobre todo en contextos fuera del pueblu.

Esa distinción fónica entre palatales que se fueron sucediendo en el nombre del pueblo, no es carpichosa ni contradictoria; más bien responde a variedades del habla asturiana que están ya más diluidas en otros pueblos lenenses; aquí siguen diciendo chano y chana, como ocurre entre los quirosanos, teverganos, somedanos... Bien nos lo recitan unas muyeres enseguida para aclarar las dudas:

"En Chanos, como ye tan chano,
picha l'agua hasta la rodicha"
.

Como conservan también el diptongo decreciente -ei-, más propio del occidente asturiano: y así nos dicen La Veiga; o una vaca meiga (la que tiene uno de los cuernos caídos, desequilibrado). Por lo menos la antigua isoglosa vocálica decreciente llegó hasta Yanos, por lo visto.

Unos rellanos en la ladera, muy propicios al trasiego humano y ganadero por los caminos

En todo caso, Yanos resulta ya a la vista un pueblu muy soleyeru, topaeru, solidariu pa las tareas comuñeras, comunicativu cuando vas a preguntar algo; y, sobre too, a la hora de asoleyalu bien a los que vamos de paso, como recoge la copla que recitan los vecinos y vecinas sin complejos:

"Cuatro cosas tien Yanos
que nun las tien Xixón:
Entelailesia, El Ferriru,
El Casquiitsu y El Cantón".

Esa posición soleada del poblado debió ser lugar de paso milenario mucho antes del camín francés que atestigua la concha de Santiago en la iglesia parroquial (hoy oculta bajo el revoque). Pues Yanos es cruce obligado de caminos de valle en valle; por un lado, venía el camín de los vaqueros entre los pueblos fonderos del conceyu y los puertos de Valgrande, El Brañitsín, Arbas...; procedía de La Vega'l Puzu, bordeaba el pueblu, bajaba a Santa Marina, seguía por Samiguel del Río, Polación..., y Alto Payares.

Por el otro lado, venía el camín de La Romía que cruzaba el río Valgrande por Zarameo o por Saldorio, y ascendía a Yanos, donde se ramificaba: arriba y más al sur, ascendía a los altos del Carril, camino de los puertos y pueblos cimeros del Vatse Güerna; más en travesera y al noroeste, seguía el camino a La Vega'l Puzu y pueblos fonderos del Güerna. Yanos resultaba, por tanto, encrucijada caminera ineludible en unos tiempos de andanzas sólo a pie o a caballo, pero buscando siempre el trayecto más corto, el más soleado, el menos barrizoso, el más económico...

Baxo El Cordal de Los Yanos: no *El Cordal de Yanos, como bien explican Antonio Cachero y Juan

Sabido es que los nativos resultan imprescindibles a la hora de seguir un lenguaje toponímico, tantas veces deformado, malinterpretado, manipulado..., en mapas, folletos de rutas elaboradas desde las distancias turísticas o publicitarias, sudomontañeros que pisan, pero que no pasan por la escucha de los lugareños; prensa que no contrasta las informaciones orales in situ... Es el caso del generalizado Cordal de Yanos de tantos mapas de rutas, blogs digitales, cartografía oficial incluida tan contaminados.

Recientemente escuchaba a David Ordóñez, experto estudioso muy documentado del lugar, que Antonio Cachero y Juan (octogenarios los dos) se enfadaban mucho cuando oían o leían lo de Cordal de Yanos. Y lo explicaban a David con sencillez: ye El Cordal de Los Yanos por la sucesión de pequeños y vistosos 'llanos' que se van sucediendo desde El Curutsu Braña (primer picacho saliente al norte) hasta La Cruz del Ciegu (último rellano al sur, ya en la frontera divisoria de los pastos de Cuayos con los vecinos leoneses de Bildeo, Caldas..., y alrededores.

Pues, ciertamente, muchos son esos rellanos del nombre que podemos cruzar, y que resultan tan útiles para el ganado casi todo el año, pues son abundantes en pasto, con zonas resguardadas de los vientos y fríos invernizos; con boscajes para el sesteo en el verano; con agua cerca hacia los arroyos; próximos al poblado ya más a la falda del monte... Una sucesión de mayaos tan valorados que dieron nombre a todo el cordal con muchos km por el medio hasta los puertos altos.

Son nombres de rellanos como La Vega'l Puzu, El Mayaín de Braña, La Yana las Perdices, Yandelagatsina, La Vega'l Pando, El Mayéu las Estacas, El Mayéu'l Carril, El Mayéu las Tixeras, La Vega Viescas, Las Brañolinas, El Mayéu los Corralones, El Mayéu'l Pedroso, El Mayéu Viguinatsarga, El Mayéu la Tsamargona, El Mayéu La Cruz del Ciegu... Y ya la vertiente leonesa de Caldas. Unos cuantos km de sucesivos rellanos, muy utilizados hasta estos mismos días, por pobladores y ganados según la estación y los productos del año.

Hasta se usaban estos altos apacibles, 'los yanos', para acumular las maderas y leñas de los fayeos y paslizarlas, y deslizarlas luego por las pendientes de los carriles y carrilones -las famosas y vistosas poleas de Yanos- hasta casi a las puertas del poblado; de esta forma inteligente, se evitaban los acarreos con animales, siempre más peligrosos por laderas tan empinadas.

Cimavicha: la antigua villa rural, y el nuevo emplazamiento del tsugar

A juzgar por los nombres del pueblo, Yanos fue otra villa en el conceyu, como atestigua Cimavicha: conjunto de fincas actuales sobre el pueblo en el camino hacia los altos del Carril; sobre Las Pedrosas. Entre los vecinos sigue la voz oral de que fue el origen del pueblo: allí estaban situadas las casas primeras hasta que fueron arrasadas por una valancha de nieve desprendida de los altos del cordal.

Se justificaría, de paso, el documento encontrado por David en la forma de transgelanos (Libro de los testamentos, de Oviedo): en realidad, 'detrás de los hielos'; es decir, el lugar que permaneció después del efecto destructor de la valancha de nieve y xelu.

Hoy se llama también a esta zona Las Pedrosas, tierras de labor en las que se encuentran con frecuencia "precisan los vecinos- restos de murias, teyas rotas", que interpretan como restos de la villa desaparecida (latín villam , 'casa señorial, posesión rural completa'). Lo confirmaría Pumarín: zona de los pumares (el lugar de las frutas), que no suele faltar en las villas señoriales; se encontraron varias murias también.

Se discute hoy, cuál sería el nuevo núcleo del poblamiento tras la valancha: la primera casa fundacional en el poblado resultante. Calculando con los vecinos más cuidadosos con su historia, deducimos en esquisa que sería la zona de la iglesia y alrededores, por una razón: es el núcleo del poblado donde más tarda en quitarse el sol a la tarde, en pleno invierno, incluso.

La Casa Tíu María Celesto, La Retoral...: siempre con el criterio de la luz del sol en la solana

Pues ése era el criterio para las casas señoriales: que por enero y febrero -cuando más bajo está en el horizonte-, el sol alumbrara antes por la mañana, y tardara más en quitarse al atardecer; a primeros de enero, en especial. Así estaba asegurada todo el año la luz, la calefacción más natural entonces.

Todo un privilegio que, por supuesto, no podían disfrutar la mayoría, claro: sólo los más pudientes, los señores, el cura en la Retoral... Pocos más privilegiados. El resto, donde pudieran: al aveseo, tantas veces.

Y citan los vecinos La Casa Tíu María Celesto, o Casa'l Mayorezu, que se llamó también, justo detrás de la iglesia actual y la Retoral; luego, Casa Manolo, el del Bar. Hasta tuvo escudo, recuerdan algunos, corralá y horro que sobrevivió hasta la llegada de la carretera. Incluso recuerdan que la Retoral, precisamente, fue donada por una muyer para que el cura viviera en el pueblu. La Faragua: casa sobre el pueblo, por el camino a Braña.

Queda la duda de si la muyer donante yera de La Casa Tíu María Celesto o no: ya nun hay forma de asegurarlo, pues los paisanos de palabra son muy prudentes en afirmar algo que no tengan seguro. La palabra sagrada de los pueblos, antes.

los arveyos en flor

Los sabrosos arveyos de Yanos

Yanos de Somerón es, todavía hoy, uno de esos pueblos relativamente mejor cultivados del concejo: por ejemplo, contemplamos los arveyos (que se han hecho ya famosos), al par de las fabas prietas, la escanda... Son unos arveyos más pequeños que los guisantes normales, los arvejos de güerta; son más azulaos, más finos, un poco más duros; sin arrugas, incluso una vez secos... Se siembran mezclados con la escanda (a voleo), de forma que la planta trepa por la paja del cereal hasta la espiga.

La fecha de siembra es en diciembre, cuando la escanda, pues existe la idea de que tien que tapalos la nieve, las xelás. Tal vez por eso, luego tienen más sabor, son más resistentes a las enfermedades, más duros... Y esa mezcla en la tierra con la espiga, sin formar mata con otros al lado, tal vez sea también la razón del sabor especial que adquieren a diferencia de los que van en riegu, o en cuadros, todos juntos.

Su crecimiento también es más lento que los arveyos de güerta normales: no se recogen hasta últimos de agosto o setiembre arriba, a diferencia de los otros mayores, que se comían por xunio, a la entrá'l verano ya, en verdes, más bien, pues hacían falta pal pote; por esta razón, en algunos pueblos, a estos primeros arveyos les llaman cocina: semar cocina yera semar algo temprano en un güerto próximo a la casa para recoger pronto en el tiempu de la yerba.


los arveyos ya en las vainas

Las tierras con piedra suelta, en aquellas irías soleyeras...

Por otra parte, se siembran en tierras con mucha piedra suelta, como tienen las fértiles irías de Yanos: a diferencia de otros pueblos, donde los vecinos tienen la costumbre de quitar la piedra y amontonarla en una esquina, porque dicen les estorba para las faenas (sachar, arrandiar...). En Yanos ni se les ocurre quitar la piedra menuda de las tierras.

Dicen con fuerte autoestima en el pueblu que los arveyos de Yanos nun valen pa otras tierras; que muchos intentaron semalos en otros pueblos, pero que nun dieron resultao, que nun saben nin crecen como en las irías de Calechano, La Fuente... Habría que sumar la circunstancia del sol: Yanos ye lugar muy soleyeru buena parte del año, ya desde bien temprano.

En el conjunto de las irías, abunda esa tierra suelta que no da terrones, y que era el orgullo de los vecinos en sus rivalidades con otros pueblos. Hasta lo tomaban con el humor que indica la respuesta de un mineru a un preguntón que le interrogaba en tono burlesco por las famosas tierras de Yanos -como bien recuerda Juan-:

- ¿Y en Chanos, con qué binais las tierras...?

- Pues, en Chanos, como nun tenemos tarrones, ¡binámoslas con un par de ovechas!

No le habría quedado muy buena cara al graciosu...

Unos arveyos en sin coscoyos

Por todo ello, o por otras razones a investigar, el caso es que los arveyos de Yanos nun criaban coscoyos al secar: esos pequeños insectos que afuracan el arveyu incluso ya de verdes. Ahora los congelan y se acaba el problema. Pero antes no había congeladores ni neveras y no se perdían los arveyos.

Algunos jóvenes emprendedores están hoy por la labor de investigar la plaga, corregirla y volver los arveyos de Yanos a las mesas y a los guisos de antaño. Pero hay que investigarlos en el laboratorio, claro, pues los tiempos, el clima y sus cambios, las técnicas acordadas por los nativos (los chanetos, los papariqueros, que dicen allí), son otros en el milenium.

Por ejemplo, rotando las tierras con otros cultivos (patatas, maíz): el año que tocaba escanda y arveyos, nun se cuchaba (no se abonaba el suelo). Tampoco se sembraban en tiras, o en riegos por los laterales del sembrado, tal vez para que no formaran plaga al estar más apelmazados, y así no hubiera plagas, contagios. Algo habría, porque hoy no se conservan como antes. Antonio, buena memoria del pueblu, recuerda que los sulfatiaban con agua de cola de caballo fervío, cuando estaban todavía en flor.

Y estos arveyos (antes, arvechos) pueden dar una clave más para atestiguar la pronunciación del nombre anterior de Yanos, que parece se pronunciaba Chanos. Queda el dicho:

"Los arvechos del güichu priitu
de la Iría de Calechano,
machaos con la palanca,
cuecen al primer fervor
y saben que arremolinan"

La escanda pisá con las madreñas

Sabido es todavía hoy que Yanos ye tierra de buena escanda: buenas espigas, grenu que acude al pesu, entrao en farina... Y, antes, con su técnica acordada: xamuscar primero las espigas; o pisalas de madreñas nel montón (el piséu), pero girando los tacos de tal manera que ficieron de molín a modo de morteru pa separar los granos de la poxa en lo posible. Después, a mayar con el meyu del manal sobre el piséu.

Y como símbolo de esta molienda y de la escanda, en el fondo del valle y del pueblu, bajo las irías y las casas, sobre las mismas aguas del río Valgrande, estaban El Molín de Güerza y El Molín de la Caseta. Hoy quedan algunas murias y una rica voz oral de molineros, molineras y moliendas.

Muchos nombres del paisaje van describiendo el tupido mosaico de tierras de semar hasta estos mismos días. Pero el pueblu mismu de Yanos, ciertamente 'llano', apenas ofrece nombres de los barrios y caleyas que distingan partes prominentes: sólo abajo está El Cantón, tal vez por la proximidad al comienzo de las pendientes y barrancos que terminan sobre las riberas y ribayas del río Valgrande.

En medio ya del pueblo queda El Terriru, Entelailesia... Un centenario tixu preside la iglesia parroquial dedicada a Santiago. Ya lo dice la copla: En Chanos como ye tan chano, tol agua apicha...


(Foto de Avelino Llera)

O las suculentas uvas y parras de las que habla Jovellanos

Yanos debió tener sus racimales, parras, cepas de uvas, como sobreviven hoy asilvestradas en tantos pueblos; o cultivadas por los más curiosos al par de casa para un poco de vino de casa, incluso, aunque sea mezclao con uvas de León. Así se recuerdan plantadas por aquellas fincas de Saldorio, La Granxa, La Frea, Cabeza la Pena... Y como atestiguan tantos topónimos lenenses: La Viña, Las Viñugas, Valdelasviñas, El Quentu las Viñas...

Sirvan las palabras de Jovellanos a su paso por El Payares, mirando pa Yanos:

Se ven por todas partes en este concejo [Lena] muchas parras silvestres en los setos, no sólo a orillas del camino, sino en todos los de la ladera. En algunas partes, enlazándose con los alisos, fresnos y castaños, forman bellísimos festones, porque sus hojas toman por este tiempo diferentes colores, desde el amarillo hasta el sanguino: prueba clara de que hubo por estas laderas muchas viñas en lo antiguo. Aún se ven estas parras hacia el puerto, y señaladamente en Llanos de Somerón” (Diario V).

Al par del Camín Francés, Munistiriu

El pueblo de Yanos de Somerón hubo de crecer en parte al lado del camín real del Payares, que procedía de Castilla por la abadía de Arbas, La Calera, Tibigracias, La Capillona, El Mayéu l'Estudiante, El Cochéu los Muertos, El Xugu los Bolos, Polación, El Camín de los Frailes, San Miguel del Río, Santa Marina....

Y seguía el mismo camín de peregrinos por Valcárcere, Munistiriu, La Fuente la Berguera (próxima a la alberguería hoy en ruinas), Espinas, Serralta, La Barcelona, Fresneo, San Miguel d'Heros, Herías, Campomanes...

Este camino amplio, más bien llano, muy soleado, y empedrado en buenos tramos, se conserva todavía hoy en buen estado, a pesar de los desperfectos cometidos en las pedreras por algunas reformas y trabajos recientes.

Ya al límite con la vertiente que da a Fresneo, sigue en pie el edificio de Munistiriu: un caserón de varias cuadras pegadas, con piso superior que sirvión de payares hasta estos mismos días. Un antiguo monasterio ya publicado en el libro Por los pueblos de Lena (1995); y documentado por David Ordóñez (XI CIATTI 2014. Congreso Internacional de Arquitectura de Tierra. Cuenca de Campos, Valladolid).

Todo el conjunto de cuadras, fincas, castañeros, y antiguas tierras de sembrar, mantiene una arraigada tradición oral de recinto monacal, con varias posesiones, hoy propiedad de los vecinos de Yanos en su mayoría. Un lugar muy soleado, retirado del viento norte, al cobijo de La Pena Serralta, muy propicio para ser habitado.

Todavía hoy, recuerdan los mayores -Juan y compañía- que era lugar privilegiado para los árboles frutales: buenas cerezas, nueces, ablanas, castañas, ciruelas claudias, moras, figos suculentos... Todos ellos frutos de buen tamaño, pues los árboles estaban todos insertaos con buenos garfios. La abundancia de pájaros que siempre animaban el pequeño valle da testimonio también. Algunos ejemplares se conservan hoy mismo para saborearlos.

Mención especial merecen las encinas: da la impresión de que un buen encinar debió rodear el recinto de Munistiriu, pues quedan muchas encinas todavía sobre la ladera que desciende a Fierros y asciende a Espinas, Serralta, Las Cangas. Muchas bellotas, grandes y dulces, se aprecian en otoño, alimento de los animales en el invierno (xabalinos, corzos, vacas...). El robledad por el medio completa toda una zona de bellotas, mucho más apreciadas tiempo atrás para los gochos del samartín. Con la madera de encina se hacían las bolas y bolos de las boleras.

Los buenos madreñeros al par de los fayeos, la maera del monte; los carreteros...

Como poblado también nacido a la falda de los hayedos y abidulares (El Carril, Las Tsinares, Tronco, Valgrande...), conocidos fueron los madreñeros de Yanos que, como los del Nocíu y La Malvea o San Miguel del Río, construían numerosos pares de madreñas y otros aperios con destino a las ferias y mercaos leoneses al otro lado de los altos del Payares. Otra pequeña industria artesanal, sin duda, floreciente y productiva en su tiempo.

Se recuerdan algunos carreteros famosos, que con sus parexas de vacas o gües baxaban la maera a Fierros por los antiguos caminos, muy cuidados entonces. Por ejemplo, a Pachinín que hasta tenía las vacas muy educadas y todo: como le gustaba el anís y el vino, una vez descargáu el carru en Fierros, y agotado de tanto puxar pe la maera, pensaba que tenía derecho a su descanso merecido. Así, cuenta Antonio Cachero con gracia:

"Xubía Pachinín al querru, emponía la parexa camín arriba, y se echaba tranquilamente a descansar bien despreocupéu; al triquiteo del querru y las esquilas, el arrieru daba buena cuenta de la botella correspondiente, por un buen ratu, que solía coincidir con una siesta prolongada, justo hasta que las dóciles vacas se detenían, fatigadas elllas también, a la puerta casa. ¡Cómo tenía educadas Pachinín las vacas...!"

Recuerdan también Juan y Antonio las técnicas de aquellos hábiles maderistas y carreteros para cargar los gruesos maderos al carru, tantos años antes de las grúas actuales al alcance de la mayoría. Para levantar una rolla, se pinchaba por la cabeza, y se ataba al xugu de la parexa, una vez colocada justo a la altura del pinchu; las vacas iban levantando poco a poco la cabeza al tiempo que elevaban la pieza, justo al tiempo que el carreteru iba metiendo la parte trasera del carru bajo la rolla.

Una vez con la pieza ya sobre el carru, se iba pinchando poco a poco hacia a trás, y levantando de nuevo para que el carreteru siguiera metiendo el carru debajo. Ya con varias pinchadas y levas, la pieza quedaba colocada sobre el carru para el transporte. No había grúas en cualquier monte ni al alcance de cualquiera. La habilidad y el ingenio de las manos tenían que suplirlas por fuerza.


las hábiles artes de Juan pa facer carreñas

Los últimos diezmos y primicias a la iglesia de Dios: con Primitivo Cachero y José Abella

En la memoria de los vecinos y vecinas de Yanos, prevalece una costumbre de especial importancia en la cultura asturiana: la de pagar los diezmos y primicias a la iglesia de Dios. Nos la resumen Antonio Cachero y Juan con detalle: hasta sus últimos días, Primitivo Cachero (padre) pagaba puntualmente cada año un litro de aceite de oliva pa la candilexa del Santísimo de la iglesia parroquial.

Según la voz oral, la costumbre procedería del antiguo sistema de pagos en especie al Monasterio de Arbas: los famosos diezmos (la décima parte de las cosechas, en su origen). Cuenta Juan que José Abella había hecho lo mismo hasta su muerte, hace un par de décadas atrás; incluso su esposa siguió haciéndolo años después con la misma devoción. La Colegiata -que dicen más en el pueblu- tenía muchas posesiones en Yanos.

Ciertamente la costumbre está arraigada en el pueblo, pues hasta tiene sus anécdotas: en una ocasión salió el cura de turno a pedir aceite pa la candilexa del Santísimo (el viril / biril, que dicen aquí), protestando porque nadie daba nada, y argumentando que le hacía falta para alumbrarle durante todas las noches. Entonces, Juanito, un paisano muy ingenioso del pueblu le contestó de sopetón:

" Sr. Cura, pues dígatse Ud. a isi Señor
que, sy-fay falta tsuz de nuiche,
que se eche más temprano!

Y otras muchas anécdotas parecidas

Muchas otras ocurrencias y agudezas populares nos cuentan Antonio Cachero, Juan, Chuchi, Tino... En otra ocasión pedía otru cura pa la fiesta'l pueblu y pal Sentu, alegando que nadie colaboraba, que todo costaba mucho, que había muchos gastos, que si el gaitiru, que si el tamboretiru, que si los volaores... Llegó, por fin el día la fiesta y, por supuesto, ni hubo gaita ni tambor, ni volaores...

El cura volvió a insistir en la homilía que no había sido posible animar la fiesta, pues nadie daba nada, nadie colaboraba con cuartos... Entonces un lugareño escuchaba atento y resignado atrás en la tribuna, hasta que se le colmó la paciencia y le contestó al cura con tanta agudeza como sabia ironía fina y popular en plena misa:

" Sr. Cura, pues si nun hay cuartos pa la gaita, nin pal tambor, nin pa volaores, nun se preocupe: nadelante, la mantención del Sentu, que ye de maera, con toos los gastos de la pensión, págolos yo" .

Miel de Yanos

Y Yanos es rico en miel: las carbas de Yanos fueron siempre abundantes en éricas, brezos, retamas, tojos ... (gorbizos, urcias, peornos, érgumas..., entre los lugareños). Se suma la circunstancia de toda la masa boscosa que se prolonga por la cuenca del río hacia las entrañas de Valgrande: tupido hayedo y robledal. Con todo ello, los vecinos de Yanos han desarrollado con el tiempo una rica artesanía rural apícola (miel de Yanos), hoy comercializada en muchas plazas y mercados regionales.

Onde picha l'agua hasta la rodicha ...

El nombre del pueblo parece claro: lo de Yanos / Chanos, lo explican con mucha gracia, todavía hoy, algunos lugareños que recuerdan varias coplas alusivas a lo chano, lo yano que ye el pueblu:

"En Chanos, como ye tan chano,
picha l'agua hasta la rodicha"

O la otra que reza:

"En Chanos, como ye tan Chano,
tol agua apicha"

O la que dice:

"Na canciecha la Iría de Calechano,
hay un xetu entarréu hasta las orechas"

El segundo componente del topónimo es más discutible: de Somerón (derivado del lat. *summus 'superior'), indicaría la situación de aquellos rellanos que hoy preside el poblado, entre el profundo barranco del río Valgrande, y las cimas más altas del Carril y Sierrascrita, que separan a modo de crestón divisorio los valles de Güerna y de Payares. Caben otras interpretaciones.

No obstante, la palatalización de consonantes en Chanos está hoy muy igualada, y ya no se puede saber del todo la primitiva distinción ts / ch (africada / palatal), pues se habrían ido neutralizando, sobre todo cuando coinciden en el mismo contexto fónico próximo; y así percibimos ya el cheísmo generalizado, el más esperable por otra parte y mejor de articular para los llegados de fuera, en especial:

"Nel Chamargón de las Chindias,
hay un xetu entachéu"


l'albergue de Yanos: Cascoxu

La Cueva Guizo

Los vecinos y vecinas de Yanos recuerdan hoy unas cuantas anécdotas en torno a sus parejes. Por ejemplo, el misterio de La Cueva Guizo: siempre se había dicho en el pueblo que habían metido un gatsón (un gallo) en la cueva, y que había salido por La Romía, justo al otro lado del río Valgrande, en la ladera opuesta del valle.

Por esto, unos espeleólogos llegaron al pueblo y pidieron voluntarios para recorrer la cripta en las calizas del Candanal, sobre el camín francés y Munistiriu. Se alistaron Chuchi y algunos amigos que los acompañaron un buen tramo hasta que encontraron mucha agua, una especie de chaguete .

Estos improvisados guías (guajes entonces) decidieron dar la vuelta muy previsores, mientras los aventureros seguían cueva adelante. El misterio de la cueva sigue en pie, puesto que nunca más tuvieron noticia ni de los espeleólogos, ni de sus posibles hallazgos.

Más datos de algunas cuevas de Yanos y Samiguel del Río, junto con otras del conceyu (ver)

El tesoro de La Fuente Curuxeo y otras anécdotas del pueblu

Finalmente, algunas coplas quedaron también en la memoria de los vecinos de Yanos. Por ejemplo la que fluye de las aguas en el manantial de Curuxeo (bajo los altos del Carril y Las Estacas). Dice así:

"En La Fuente Curuxeo,
entre un xabú y un pereo,
hay una pita con cien pitos
y una danza de mozas y mozos"
(escuchada a Tino, Antonio, Juan, Chuchi...)
.


la potseraína de quicos na primavera
na corralá de Juan

Y tantas otras parecidas que recuerda Juan con gracia, en su amplia retafila siempre nel quentu la memoria:

"Yo tseña de cornapú,
toa la nuiche quemé:
saltóme una chispa al dengue,
mira tú lo que gané ".

O esta, en el asturiano más arraigado y sonoro:

"Yo, la puerta la cabana,
atetsa con un cibiitsu;
y tú, por nun lu torcer,
dexeste l'esteblu abiirtu"

... menos en casa'l Cura...

O aquella expresión ya tan generalizada fuera del pueblu, cuando alguien quiere metese con los de Yanos:

"En Yanos de Somerón,
en ca casa hay un ladrón,
menos en casa'l cura,
onde toos lo son".

Y la explica Juan. Resulta que, cuando la francesá, los de Yanos quisieron vengase de los invasores, por las fechorías que facían en pueblu ca vez que pasaban arrasando y saquenado productos y cosechas, pare ellos y sus caballos. En una ocasión, el cura fíxoyos una buena encerrona. Preparóyos una comía pa fartase, con vino y sidra abundante; dixoyos que nun se preocuparan de los caballos, que los vecinos los atenderían bien y los fartarían de comer asgaya.

Entonces, los paisanos agarraron toos los caballos y metiéronlos a fartase ente'l pan d'escanda, que taba entavía sin coyer. Y cuando ya los franceses taban bien fartos y bien bebíos, unos cuantos mozos sacaron los caballos de la iría, disimulaos ente las tierras semás y con la paya bien crecía; lleváronlos monte arriba, y escondiéronlos onde nadie los encontrara, Cuando salieron los comensales, nun había restru de caballos, y naide dio cuenta de a ónde se habían podío escapar.

Termina la leyenda, con la solución, por una vez, en favor de los vecinos y los ingenios de un cura, que bien supieron cobrar las fechorías y las garúas que la francesá facía ca vez que pasaba y abusaba del vecindario de un pueblu. En adelante, en Yanos hubo caballos, algo que nunca se había visto. Hasta entonces, sólo tenían burros pal trabayu y pa andar pel monte. Y así llegaron los caballos pa siempre a Yanos: la novedá nun yera tontería entonces....


Una arquitectura tradicional bien conservada: las peredes de cebatos, los voladros, las parés d'imprenta...

En resumen

Yanos de Somerón fue nombrado Pueblo más bonito de Asturias en el año 1968. Hoy el chugar dispone también del Centro Social "L'Arveyal", recientemente inaugurado.

Finalmente, allá por los años 1957, para las Fiestas de Nuestra Señora del Rosario, publicaba S. Sánchez esta puya titulada ¡El añu pasáu fue así!:

"Yo non quisiera perder
esti añu la fiesta en Yanos,
porque tovía me acuerdo
de lo bien que lo pasé
fai un añu el día'l Rosariu.

Axuntámonos Gaspar,
el fíu de mio tía Amparo,
Poli, Cuky, Alberto y yo,
y Luis el de Milagros.

Qué manera de reíse,
y qué fartura de carne
pillemos en Casa Vírgenes;
además, cobromos poco:
cobromos la xusta cuenta,
y de eso quitómos un poco.

Y qué orquestina más guapa
teníamos l' añu pasáu:
había tambor, acordión,
y, además, unos xiblatos.
Y yo, de tanto bailar,
anduve cerca de gastar
de la rodilla pa baxo.

Pero, además, otra cosa:
todo aquel que esté enfiláu,
le dan la facilidá
de poder dormir nun prau.

Y si lloviera aquel día,
ya está provistu el remediu:
hay un payar preparáu,
que está llenu de felechu.

Conque esti añu, tos pallá,
a gastar un par de riales,
que el mundo aquí ha de quedar,
porque el que piense compralu
a fuerza de trabayar,
antes de facer el tratu,
ha de quedar sin ranaz.

Animaivos, forasteros,
que nun vos ha de pesar,
pues tenéis la cama gratis
en el gran Hotel Payar" .
(S. Sánchez.
Recuperado por David Ordóñez)

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