Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

 

"No toleraremos que un niño,
cuando hoy ya sea pasado,
nos señale como un pueblo
vencido sin haber luchado.
....
Recordad: si llega el día
en que no sigo o me callo...
fue porque me hirió la vida,
no por despecho o cansancio"
(Lito)

Turón, el valle castigado
Manuel Jesús López González
HiFer Artes Gráficas, 2019

Las palabras habitadas de un paisaje en el tiempo: Turón, en la encrucijada

Palabras de presentación
del libro en El Club de Prensa
de la Nueva España,
por Xulio Concepción Suárez
Oviedo. 17/12/2019

A) El paisaje interior que se levanta de la lectura de un libro: de un documentado cronista de a pie

Ya desde la portada del libro, el mismo título resume con un adjetivo el contenido de las cuatrocientas y muchas páginas que se irán abriendo detrás: el valle "castigado".

Un adjetivo aplicado a un valle de TURÓN, que bien pone en mayúscula y letra grande, pero con el adjetivo detrás, como crítica constructiva a todo un proceso de siglos de productos y trabajos, relegado, olvidado por intereses externos, ante lo que el autor propone un conjunto de soluciones posibles que también resume en una frase de Gandhi a modo de aviso introductorio:

    "La fuerza del pueblo no estriba en la capacidad física si no en su voluntad indomable"

Ya desde el prólogo, el autor se funde con el paisaje que le vio nacer, y en el que se fue convirtiendo con el tiempo en verdadero cronista de a pie más allá de simples artículos de prensa o actos oficiales al uso: los diez libros de Lito publicados sobre el valle de Turón atestiguan un tipo de cronista especial; el que dedica toda su preocupación, pensamiento y expresión a la tierra que resume en otra frase como dedicatoria ya desde el mismo prólogo:

"Volveré a ser carbón
de donde vine"

Pero un cronista que estudia el devenir de todo un valle, de un poblamiento de siglo en siglo, con una perspectiva que trasciende los límites geográficos de unos pueblos concretos. Pues, en realidad, lo que dice el autor de un valle mineru -un valle que antes fue agricultor y ganadero-, se podría decir de tantos otros pueblos de montaña en cualquier otra región o país, en circunstancias parecidas. Se podría resumir con la frase atribuida a los novelistas rusos, León Tolstói, Antón Chéjov:

"Si quieres ser universal,
habla de tu pueblo"

Una frase con muchas versiones, pues resume esa capacidad literaria, documental, científica, en definitiva, de alguien que profundiza en el devenir de un poblamiento humano hasta el punto de convertirlo en modelo de lo que está ocurriendo en otros a muchos km de distancia. Lo resumía también el escritor leonés Julio Llamazares con otra frase parecida, igualmente atribuida a los novelistas rusos:

    "Dame una teja de tu pueblo
    y te contaré cómo es el mundo "

Y así empezaría Lito su andadura con las palabras habitadas que bien conocía desde su tierra turonesa: a reconstruir en esos diez libros, hasta la fecha, la vida universal de un poblamiento que pasó por todas las etapas de desarrollo en plena época industrial.

Un vecino nativo que se convirtió en escritor por una cadena de circunstancias, como chispa inicial para empezar a escribir: un accidente, un primer paso por la genealogía familiar, unos archivos que lo engancharon para siempre; una primera publicación muy sentida, como fue aquella novedosa primicia para el artículo del Brigadier Solís, benefactor de la llamada Colegiata de Murias (Aller)... Como ya adelanta el autor en el prólogo del libro:

"Con todos estos ingredientes la idea estaba servida. Si a esto sumamos el fuerte sentimiento de mi madre, Mina de Fresneo, hacia Turón..., esa atmósfera especial en la que crecí fue empapando mi alma y llegó el día de poner en marcha el proyecto de ahondar en la historia de Turón" (p. 15)

Así llegó Lito a este libro número diez -por el momento- que podríamos resumir en una serie puntos multidisciplinares, pues al estudio podríamos ponerle muchos adjetivos como valores documentales al alcance de cualquier investigador.

Un estudio local, pero universal al tiempo, global y glocal -que se dice ahora-, y como apuntamos más arriba. Un estudio complejo para los archivos asturianos y de cualquier biblioteca mucho más allá de unas cuencas mineras y del valle de Turón. Podríamos resumir unos cuantos aspectos en la lectura del libro:

  • Una lectura etnográfica del libro. En el libro se van sucediendo varias páginas que van describiendo la vida de un valle desde mediados del s. XIX, en tiempos de Isabel II, hasta estos mismos días del s. XXI, con la jubilación de uno de los agentes más creativos de la cultura al servicio de unos pueblos rurales, con todos sus problemas detrás: José Espiño, el entusiasta, y popular, admirado, respetado, director de Turón durante varias décadas; y a pesar de unas cuantas peripecias por el medio, siempre por su decidida dedicación a los alumnos y a los pueblos del valle..

    Pues José Espiño (Pepe Espiño, para todos) hizo el milagro no sólo de impedir el cierre de un Instituto de Enseñanza entre montañas, sino de conservarlo, mejorarlo, actualizarlo, completarlo..., durante 26 años, hasta convertirlo en la mayor empresa de la zona por el número de trabajadores implicados hoy mismo (con el mayor número de trabajadores, según las estadísticas). Un verdadero milagro en el sentido de la palabra: hecho admirable, asombroso, ciertamente (lat. miraculum). Digno de mirar, de admirar, que lleva la misma raíz remota.

  • Una lectura antroponímica del libro. Página tras página, cientos y cientos, sin duda miles, de nombres, se van sucediendo en las documentadas listas de nombres personales que vivieron y viven en estos pueblos; o que llegaron de otras regiones y países a trabajar en las minas y las industrias del valle durantes estos últimos siglos. Sólo en el año 1919, ingresaron 1.600 trabajadores en Hulleras de Turón, según los datos del libro, a modo de ejemplo.

    Con todo el desarrollo que suponía para el comercio local, las panaderías, la ganadería, la agricultura, la vivienda, la construcción, el transporte... Unas 50 páginas dedica el autor a trabajadores del valle, con sus Nombres y Apellidos, origen geográfico -local, regional, extranjero-, oficio minero, lugar de trabajo en cada Pozu... Un documento que daría lugar a muchas bases de datos y estadísticas al alcance de cualquiera también.

  • Una lectura toponímica del libro. En su recorrido paisajístico, minero, industrial, fotográfico por el valle de Turón y alrededores, en las páginas del libro van apareciendo, con sus topónimos, los diversos pueblos y caseríos, los barrios y las caleyas, los montes, los valles, las peñas, los regueros, los ríos, los centros escolares, los lugares del deporte, las romerías, las iglesias, las capillas...: Santa Marina, Villabazal, Peñule, La Cuadriella, Carabatán, Villapendi, Urbiés, Repedroso, La Veralcamín... Cientos y cientos de topónimos, muchos de ellos ya en desuso o en proceso de olvidarse por falta de quíen los mencione o viva en ellos, los frecuente, los habite, en las palabras por lo menos...

  • Una lectura fotográfica del libro. Casi unas 200 páginas dedica el autor al paisanaje de estos pueblos turoneses: homes y muyeres, guajes y mayores..., se van sucediendo en cientos de fotografías, con ocasiones diversas; fiestas, romerías, procesiones, bodas, bautizos, celebraciones familiares, personajes populares, excursiones parroquiales, equipos de deportes, grupos juveniles, campos de fútbol, oficios tradicionales, trabayos en las minas, actos institucionales, actos escolares... Muchos, niños y niñas entonces, ya mayorinos y mayorinas hoy...

    Otros y otras sólo ya seguirán viviendo en la memoria de los lectores, de sus conocidos, de sus familiares... al hojear estas páginas. Un documento de interés, con muchas lecturas de las fotos de paso: la forma de vestir, la expresión de los ojos, las formas de sentarse o de estar de pie según los casos, los utensilios de trabajo, las fiestas, las romerías, las comidas familiares.......

  • Una lectura artesanal. Muchos oficios de los pueblos se van sucediendo en las páginas del libro; los oficios artesanales: los canteros, los carpinteros, las cocineras, las lavanderas, los gaiteros, tamboriteros, cordionistas... Y los oficios mineros: el picador, el ramplero, el barrenista, el mampostero, el vagonero, el caballista, el pinche...

  • Una lectura cultural, educativa. Otras cuantas páginas dedica el autor a los centros educativos: los colegios, la creación del Instituto de Bachillerato, La Formación Profesional... Y así va destacando figuras como José Ramón Vázquez o Pepe Espiño, decisivos en la creación y desarrollo de toda una serie de actividades para los jóvenes del Valle y alrededores, pues a los distintos ciclos y especialidades profesionales, acuden alumnos de otros conceyos circundantes.

  • Una lectura musical, literaria, deportiva, folclórica... Otras cuantas páginas dedica el autor a la vida musical de estos pueblos: de reconocimiento internacional fue siempre el Coro Mineru de Turón, desde más de medio siglo atrás; sus conciertos en Francia, Bélgica, Alemania...

    O de figuras literarias y periodísticas locales, como Zoilo Martínez de Vega, José Manuel Regal, O Manuel Noval, que recuerda escenas de aquella vida en los pueblos, cuando ni luz había en las casas. Y así narra Manolo con humor el día de su nacimiento:

    "Yo no sé qué hora sería,
    que estaba oscuro lo sé
    porque la luz no existía
    en el pueblo que nacía
    un portentoso bebé.

    Me puse a pensar un poco
    en los partos de hoy en día
    y es para volverse locos
    médicos, cámaras, focos,
    y allí ¡ni una luz había!"

    O figuras del deporte, como Janis Fernández, el Club de Gimnasia Rítmica, o la popular Malia, la Pixarra turonesa, forofa del Deportivo Turón, al que no faltaba partido como alma entusiasta y animosa que trasmitía ilusión a jugadores y asistentes al estadio.

B) El paisaje exterior que se fue imponiendo desde afuera por razones muy diversas, y en parte programadas, manipuladas....

  • El paisaje Industrial que se deduce del libro. Un dato poco conocido es el que resume el autor para el trazado del ferrocarril entre Asturias y León que, según aquel proyecto de mediados del s. XIX pasaría por el valle de Turón y por Aller, para conectar con los altos de Güelles camino ya de Payares y Busdongo, evitando así las curvas de Fierros, Malveo, Casorvía.

    Por la entrada desde León, los trenes de Busdongo atravesarían La Perruca, bajarían por Payares, Naveo, Cabezón, Güelles, Congostinas... De ahí se abriría un túnel al río Negro en Murias de Santibanes; descenderían por Moreda, Caborana, Santa Cruz, Ujo Taruelo, y a Figaredo, donde se uniría el ferrocarril a Turón.

    Para el autor, era la oportunidad de convertir el Valle de Turón en un centro industrial directamente comunicado con las ciudades más importantes del país; pero otras decisiones políticas frustraron el proyecto, que se trazaría ya por el actual de Campomanes y Fierros. Una oportunidad perdida con todas sus consecuencias para el desarrollo de su industria local y de sus pueblos.

  • El paisaje Político, Económico, Especulativo... El autor dedica varias páginas también a la situación programada que llevó al Valle de Turón a la situación actual. Sobre todo, en el último capítulo, El Valle castigado, lamenta que no se haya permitido un progreso en el pueblo posminero. Y así cita asociaciones que lo intentaron como Mejoras del Valle, que terminó por encontrarse con los enemigos de turno. Y así el autor compone otros sentidos versos:

    "Perdido en la neblina
    vive este valle olvidado
    esperando su futuro
    que hasta ahora le negaron.
    Seguiremos construyendo
    en nuestra imaginación
    lo que otros destruyeron
    sin conciencia ni rubor..."

C) El paisaje ulterior que llegó al milenium

  • Un estilo autobiográfico. Como se apuntó al principio, desde las primeras a las últimas páginas, el autor va uniendo las distintas etapas por las que fue atravesando el valle de Turón con el hilo personal de su vida como nativo del pueblu: nacimiento, famila de xastres, estudiante, universitario, profesor de academia, funcionario del Ayuntamiento de Oviedo, investigador de archivos y de pueblos, autor de varios libros...

    Hasta cuenta ese motivo inicial de su cambio de vida cuando se decidió con entusiasmo a profundizar en la historia de Turón a partir de aquel accidente que le tuvo año y pico de baja. Y así hasta ese último capítulo en que, como vecino del valle sigue preocupado por su futuro y propone una serie de soluciones posibles para que tenga un futuro próspero como disfrutó antaño.

  • Un paisaje con notas autobiográficas, en definitiva, pero constructivo, solidario, prospectivo, creativo... Pensando siempre en el futuro, el autor cita ascociaciones actuales como el Centro de Estudios Valle de Turón (CESVAT) que sigue intentando a su medida un proyecto de recuperación de estos pueblos, a través de una reindustrialización posible, como se hizo en circunstancias parecidas en otras regiones y países.

    Un programa integral, con una mesa de negociación que promueva la equipación de nuevos equipamientos y servicios; la recuperación medioambiental, la eliminación de escombreras para recuperar nuevos espacios, la mejora de las infraestructuras, la vivienda... Y hasta el día de la patria turones, a la que dedica un par de páginas finales el autor.

Con un par de poemas a modo de símbolo para una nueva etapa de esperanza:

  • Un poema de Pepe Espiño, que toma como símbolo las aguas del río Turón que dio nombre al valle, pues en un principio el nombre se debe al río, que con sus fértiles riberas fue creando y construyendo el pueblo turonés se siglo en siglo. Alguna estrofa reza así:
  • ¡Pero, oh tú, entrañable río Turón
    forjador eres de un pueblo!...
    Hoy y aquí, reunidos en tus orillas,
    puesto el atento oído a tu eterna estrofa de vida,
    celebramos la proeza de un río,
    que soñó y se empeñó en ser pueblo "

  • Y unas estrofas más del autor Lito, que exige con firmeza la modernización de un valle que siempre les negaron; que exige un camino para las generaciones futuras, comenzando por los niveles educativos, la implicación de las autoridades educativas, políticas... Así lo expresa el autor con palabras más poéticas:

    "¡Pueblo mío! nunca olvides
    lo triste que fue esta racha.
    No hay recompensa sin lucha
    y la lucha..., será larga,
    pero imposibles de hoy
    serán posibles mañana "

  • Todo un programa, en fin, el que propone el autor Lito, en versos octosílabos, tal vez pensando en el origen estilístico de los romances castellanos medievales: siempre en versos de ocho sílabas, porque era la forma de que el oyente retuviera mejor los contenidos cadenciosas.

    La poesía, como es sabido, nació para el oído, para la recitación y la escucha activa, pues no fue pensada para la lectura, en unos tiempos de tan precarios y escasos de papel; y con tan pocas escuelas y libros para aprender a leer una inmensa mayoría.

    Tal vez, también aquí, aunque por razones muy diversas, el autor adopta -y adapta- un estilo parecido al de los romances juglarescos o trovadores, y pone en verso su proyecto programático, por si a las autoridades competentes, los políticos de turno, lo retuvieran mejor en versos cortos con melosas cadencias musicales. Resumimos el poema bastante más largo:
  • "No nos dejaban hablar
    ocurrió hace corto tiempo...
    Vivimos años oscuros
    donde imperaba el silencio
    con la esperanza en el alma
    de que todo diese un vuelco...

    Cuando, al fin, llegó aquel día,
    en que dijimos: ¡Gritemos!
    y henos que estamos aquí
    a exigir nuestros derechos...

    Llegó el día deseado
    para los miles de obreros,
    curtidos en mil batallas
    pobladores de este suelo
    para miles de mujeres
    que alimentaban un sueño.

    Pues sí, pudimos hablar
    y reclamar lo que es nuestro,
    queríamos que esta tierra
    cambiara su negro aspecto
    y al cerrar todas sus minas
    suplir con tejido nuevo,
    con industrias, con empresas
    que trajeran pan y empleo
    para tantos de estos jóvenes,
    hijos de aquellos mineros....

    Pero ¡quiá! frente a nosotros
    negociadores sin duelo
    insensibles a la historia
    que está grabada en el viento
    que sopla en estas montañas
    entre Polio y Navaliego..

    Esta tierra singular,
    la trataron con desprecio,
    con mentiras, con promesas
    que, después, nunca cumplieron
    "

A modo de resumen:

En fin, como decíamos al princpio, la lectura del libro de Lito -este décimo libro suyo sobre el valle de Turón, de momento- nos va llevando de capítulo en capítulo, de una etapa social a la siguiente, de unos personajes más populares a otros decisivos a la hora de construir -o destruir- la vida de estos pueblos en los dos últimos siglos, sobre todo.

Y todo ello, lo vamos deduciendo de unas páginas muy sentidas, con palabras que nos van traduciendo el pensamiento, los sentimientos del autor a cerca de la realidad que vivió desde pequeño, y que sigue viviendo en estos mismos días del Turón posmineru. Podríamos decir que caminamos sobre ls páginas de un libro de palabras habitadas, como resumiría el mismo Luis Castellanos que acuñó expresión tan precisa, y de aplicación tan multiidisciplinar:

    "Somos lo que hablamos... El lenguaje es el reflejo de lo que somos. Vivimos en las palabras y con las palabras... Las palabras son habitantes cómodos o incómodos y, al mismo tiempo, son tus calles, tus paseos, tus ríos, tus mares, tus tormentas, tu refugio... Las palabras diseñan el lugar en el que vas a vivir. Las palabras son el lugar en el que vives"