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Con motivo de la Exposición de Acuarelas,
Capilla de San Lorenzo,
c/ Cabrales, 4 (Frente escalera 2)
Gijón.

Manuel Iráculis, Caborana de Aller, 1946.

"Ha expuesto en diferentes galerías españolas y americana. Sobre su obra han escrito, entre otros, Oscar Luis Muñón, Víctor Alperi, Rosario Carril, Vima, Leoncio Camporro, Adolfo Casaprima, Ferhur, Calleja Ochoa, R. G. Canella, J. Vallín, etc."

 
 

Manuel Iráculis

Del libro:
Pintores asturianos.
Víctor Alperi.

A Oscar Luis Tuñón.
Jesús Castañón

Soy Nestor, cronista del mesozoico,
de los tiempos venideros
soy el hierofante
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ARSENI ALEXANDROVICH TARKOVSKY

"Manuel Iráculis, pintor asturiano de ascendencia vasca, es el Néstor que canta Tarkovsky. Su pintura tiene dos claves muy distintas que no se compenetran, que nada tiene que ver la una con la otra. El sentimiento y la visión pictórica de Iráculis se ha desdoblado en dos mundos contrarios qua giran par el espacio en órbitas muy separadas.

El primero de esos mundos está formado por paisajes que nos brinda la naturaleza: temas de Asturias o de Filipinas, de África o simplemente soñados por al pintor. Iráculis es marino y muchas ciudades, muchos mares y muchos campos han desfilado frente a él. Sus paisajes nos hablan de un mundo conocido desde siempre, o presentido: montes, árboles, barcos, ríos o campos nevados con una dulzura de tarjeta navideña.

Pero todo ello pintado "en aguadas, en tintas a en ceras" de una forma delicada, lírica, profundamente sentida. Iráculis es un enamorado del paisajc, un hombre que desea contemplar a la naturaleza completamente limpia, sin contaminar; algo así como una amanecida en los primeros tiempos del mundo.

Iráculis es un marino mercante que no pinta con frecuencia la mar. Él mismo lo ha confesado en diferentes entrevistas: "Cierto es que me gusta mucho hacer uso del paisaje, y, sobre todos los colores, el violeta es el que más me atrae. Y el que no se observa entre mis cuadros, ninguno referido a la mar, es debido al respeto que le tengo, precisamente por mi condition de marino».

Pero las aguas marinas parecen latir en lo profundo de sus cuadros, su interés por los colores violeta o verde así lo confirman. Cada obra de este pintor, paisaje o figura, nos hace pensar en el mar, en los colores verdosos de una tarde sobre las aguas del Cantábrico o en los tonos violeta del Atlántico frente a las costas del África negra.

Y también reconoce Iráculis la importancia de un pintor africano en su obra, Victorio Manchón: «Tengo que reconocer que hizo en mí mucha mella sobre el particular aquel gran pintor que tuvimos en Aller, Manchón. Quizás sus cuadros, que tanto admiré, hayan influido en ésta mi faceta de acuarelista».

Victorio Manchón dejó una profunda huella en la mayoría de los acuarelistas asturianos, muy en particular en los mejores, en los que han reconocido desde el principio la serial del maestro; un viento poético que, procedente del norte de Africa, supo arrejerarse en tierras astures, creó una escuela del buen hacer en el arte de la acuarela.

Y los paisajes de Manuel Iráculis proceden de ese viento, de esa raíz luminosa que se mezcla con las nieblas del norte. El desaparecido escritor y periodista Oscar Luis Tuñón dijo que el mar estaba presente en muchos cuadros del pintor allerano: «el infinito mar donde el salitre golpea los rostros de amanecida de los pescadores, aun cuando parezca no verse, pero sí adivinarse entre los pliegues que brillan en las acuarelas”.

Y en otro lugar del mismo escrito se decía que los cuadros de Iráculis son «una prueba más de su mundo, como reflejo de cuanto ha vivido y se le ha ido quedando en el cristal, parece ese remansar del agua del mar o de los mares, el reflejo de una barca, la silueta de un pescador que busca pescados en la lejanla del tiempo”.

Desde los paisajes de sus acuarelas o tintas, con un mar al fondo o perdido entre los colores del cuadro, pasamos a sus personajes, a su otro mundo artístico, muy personal y trabajado con la gracia y figura del buen dibujante. Son figuras y gentes del llamado Tercer Mundo, con muchas necesidades económicas, muertos de hambre en los desiertos africanos, implorando ayuda en los puertos, en las calles irreales, por sus gestos, forma y por el lugar en que se encuentran parecen sacados de un mal sueño, de una pesadilla.

En ese mundo con escenas de muerte y siempre dominado por el desasosiego, nadie escapa a ser atrapado; mujeres, viejos, todos son protagonistas del drama y ayudan a crear una atmósfera áspera y perturbadora...”.

"Es el gran teatro trágico del mundo, y en la eterna pesadilla del ser humano, el pintor pone el decorado, sus figuras salen de las sombras y se tiñen de mil colores alegres para disimular el dolor".

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"Manuel Iráculis también se comunica, de cierta forma, con as vanguardias; sus acuarelas, con temas conocidos -paisajes asturianos por los general- se realizan con unas técnicas muy distintas a las empleadas por la mayoría de los acuarelistas.

Parece que el puntillismo reina en su obra y que unos delicados colores van creando un clina irreal, casi mágico. Paisajes y figuras, como sus conocidas Meninas, sin olvidar nunca sus personajes amordazados, kafkianos, reflejo de un mundo doloroso y atormentado. La capilla de San Lorenzo, una vez más, realiza una buena labor cultural presentando a un acuarelista fundamental en este género".

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Algunos datos y opiniones
sobre Manuel Iráculis

"Pintor. Autodidacta. Expone por primera vez en la sala Danse de Oviedo en 1985. Años más tarde, 1992, lo hace en la galería Altamira de Gijón. Ha participado en colectivas, como "Pintores Alleranos", en la Casa de la Cultura de Pola de Lena (1988). Ha expuesto también en galerías americanas.

Sobre su obra el crítico Víctor Alperi dice: "En sus cuadros se une la fantasía y algunas veces la técnica de un 'combine painting cerebral', que forma un infinito collage por donde desfilan guerreros o seres acorazados [...]. Dibujo, color, mensaje y sentimiento son los ingredientes empleados en esos cuadros que van desde el surrealismo a una protesta antiburguesa".

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Diccionario de pintores y
escultores españoles del siglo XX

"Es M. Iráculis un pintor de amplios registros. En su pintura podemos encontrar cuadros que abarcan desde estampas con sabor navideños, de gran sensibilidad, a realizaciones de apariencia infantil. Pero sobre todo cabe destacar esa obra personal y diferenciada compuesta principalmente por figuras amordazadas, envueltas, anuladas, carentes de un entorno, rodeadas del vacío más absoluto, que podría entroncar con una llamada pintura social.

Sin embargo, en la presente exposición presenta Iráculis una colección de estampas de pueblos asturianos -Cudillero, San Juan de la Arena, Quirós, Tazones, Aller- excelentemente realizados, que suponen todo un hallazgo en su mundo pictórico"

por Javier Vallín (El Comercio)

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"Manuel Iráculis regresa con sus Meninas, ya famosas, recreación del cuadro velazqueño. Las infantas inmortales se cubren, con el arte de Iráculis, de intenso color, ropajes suntuosos que llenan la escena del cuadro. Al lado de las Meninas, sus paisajes cincelados con infinita paciencia; con una limpieza suprema que parece bajar de los mismos cielos y llenar de luz los tejados de las casas, los prados, el verde de los campos o de los árboles.

Iráculis pinta una Asturias real que aparece soñada por la delicadeza del color, por la finura de la pincelada; es uno de nuestros mejores acuarelistas y, sin lugar a dudas, el más delicado en el dibujo.

La muestra es un lujo para la vista, una fiesta mayor, una delicia para contemplar una y otra vez cada trabajo perfectamente realizado".

por V. Alperi (La Voz de Asturias)