Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

"No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa ?
¿Quién amuralla una voz?
"
(Miguel Hernández)

1. Nombres del árbol
Antonio Moreno

Basta un ejemplo:
sólo en esta península de Europa
decimos árbol,
y, escrito como en el país vecino,
arbre,
y también árbore,
y zuhaitz, y árvore, -con uve-,
y más allá, detrás de otras fronteras,
se oyen voces cercanas como albero,
o extrañas como baum, o tree,
en distintos idiomas que expresan todos,
sin vacilación alguna,
ese milagro vegetal que se alza
como un templo en la tierra".

2. Ya no hay locos
Por León Felite
(interpretada por Raimon)

Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos

Se murió aquel manchego,
Aquel estrafalario fantasma del desierto,
Se murió aquel amanchebo,
Aquel estrafalario fantasma del desierto.

Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos.

Todo el mundo está cuerdo,
Terriblemente, horriblemente cuerdo,
Todo el mundo está cuerdo
Terrible, horriblemente cuerdo.

Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos.

Cuando se pierde el jucio,
Yo pregunto cuándo se pierde ¿cuándo?
Si no es ahora que una vida
Vale menos que el orín de los perros.

Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos.

Todo el mundo está cuerdo
Terriblemente, horriblemente cuerdo,
Todo el mundo está cuerdo
Terrible, horriblemente cuerdo.

Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, en españa
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no ahy locos amigos
Ya no hay locos

Se murió aquel manchego
Aquel estrafalario fantasma del desierto,
Se murió aquel manchego
Aquel estrafalario fantasma del desierto.

Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos.

Cuando se pierde el juicio,
Yo pregunto cuándo se pierde ¿cuándo?
Si no es ahora que una vida
Vale menos que el orín de los perros.

Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos.

3) Dos cuerpos.
Octavio Paz

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

4) Distancias,
Juan José Domenchina

Distancias.
En la vida hay distancias.

El hombre emite su aliento,
el limpio cristal se empaña.

El hombre acerca sus labios
al espejo,
pero se le hiela el alma.

(Pero se le hiela el alma.)

Distancias.
En la vida hay distancias.

5) Seguramente:
José Antonio Villacañas

Seguramente tengo frío
y me caliento con mis huesos.
Seguramente tengo hambre
y me alimento de mis dedos.
Seguramente soy un pobre
que se conforma con su cuerpo.
Seguramente estoy aquí,
seguramente. Y tengo miedo.
Seguramente lo inseguro
es ser amor y carne y alimento.
Seguramente en esta mesa
mi plato está lleno de tiempo.
Seguramente vivo, seguramente muero.
Seguramente soy un hombre libre,
seguramente soy un libre preso.
Seguramente miro a la esperanza
como un espejo más frente a otro espejo.
Seguramente marcharé algún día.
Seguramente vuelvo.
Pero ya no podré, seguramente,
alimentar mi corazón hambriento

6) Dentro de ti está el secreto
Amado Nervo

Busca dentro de ti la solución de todos los problemas,
hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales.

Dentro de ti est á siempre el secreto; dentro de ti están
todos los secretos.

Aun para abrirte camino en la selva virgen,
aun para levantar un muro, aun para tender un puente,
has de buscar antes, en ti, el secreto.

Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes.
Están cortadas dentro de ti las malezas y lianas que
cierran los caminos.

Todas las arquitecturas est án ya levantadas dentro de ti.
Pregunta al arquitecto escondido: él te dará sus fórmulas.

Antes de ir a buscar el hacha de m ás filo, la piqueta más
dura, la pala más resistente, entra en tu interior y pregunta...

Y sabr ás lo esencial de todos los problemas,
y se te enseñará la mejor de todas las fórmulas,
y se te dará la más sólida de las herramientas.

Y acertar ás constantemente,
pues que dentro de ti
llevas la luz misteriosa de todos los secretos".

7) Si ves un monte de espumas
José Martí

Si ves un monte de espumas,
Es mi verso lo que ves;
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.

Mi verso al valiente agrada:
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.

8) Desejo os votos
Sergio Jockymann (Brasil, 1930)

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así,
pero que sí es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.
Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces,
te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, más no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más,esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa,y que ya maduro, no insistas
en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío".
Sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno
de tus afectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer,
y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

9) El pan.
(Puesto sobre la mesa el pan premia y bendice.)
Eladio Cabañero

Poned el pan sobre la mesa,
contened el aliento y quedaos mirándolo.
Para tocar el pan hay que apurar
nuestro poco de amor y de esperanza.

Mirad que el pan, entre el mantel,
más blanco que el mantel de hilo blanquísimo,
tiene, como señales de su hornada,
el último calor que no da el sol al trigo.

Mientras que nos invita,
mientras que da su premio conmoviendo
de dichosos temblores nuestras manos,
podemos merecer el pan de hoy.

Poned el pan sobre la mesa,
al lado de los vasos de agua sensitiva,
por donde el sol se posa mansamente
cribando luminosos los pequeños insectos
que encuentra en esa anchura que la da la ventana.

Ved que el pan es muy amigo de los niños y de los pájaros,
con sus blancas miguitas que se esparcen pequeñas,
en donde se atarean los pobres gorriones
y las palomas zurean y aletean
en la tranquilidad de las plazas y de las fuentes,
las mañanas limpias y soleadas,
cuando están los relojes diligentes, atentos,
porque las campanadas suenan muy dulcemente.

Ved que el pan es rugoso y recogido
y tiene los colores más humildes,
y puede compararse a todas las virtudes
y hasta a los cabellos blancos y piadosos de un anciano.

Poned el pan sobre la mesa,
junto al vaso de agua...
en esos momentos los que amamos pueden llegar,
pueden llegar empujando las puertas y quedarse maravillados,
porque el pan es el mejor recibimiento               
cuando los que queremos llegan a nuestra casa.

Para pensar en la mujer que amamos,
estando a solas reencendiendo su recuerdo,
el pan purifica el sobresalto y el remordimiento,
y podemos pensar en nuestros hijos
y elegirles los mejores, los más bellos juguetes,
y el pedazo de pan con la sonrisa torpe
del padre que quiere besar y abrazar mucho a su hijo
y no sabe de qué modo tocarlo.

Ay, también, los mendigos
con las manos extendidas a nuestra caridad,
que es lo mejor de ellos y de nosotros.
Mujeres
que tienen muchos pobres hijos pobres,
que los ojos les brillan mucho y los pómulos les escuecen,
que los cabellos se les enredan de bajar y subir hijos
del suelo.
Y porque los criminales y los renegados
aman el pan y a sus madres,
y porque los suicidas nunca cruzan los trigos,
y porque casi nadie lo mira sin llorar
a la hora de tener que confesar las culpas.

Poned el pan sobre la mesa,
junto al vaso de agua;
ponedlo con solemne esmero sobre la mesa
por ese sitio donde el sol dora el mantel, hilo a hilo,
y decid a los vuestros que se sienten
a rezar el Padrenuestro
de la comida en paz.

10) Versos
de T. S. Elliot

El conocimiento impone una estructura, y falsifica,
pues la estructura es nueva en cada momento
y cada momento es una nueva y chocante
valoración de todo lo que hemos sido.
Sólo nos desengañamos
de lo que, engañando, ya no podría hacer daño.
En medio, no sólo en medio del camino
sino en todo el camino, en un bosque oscuro,
en una zarza,
en el borde de una ciénaga, donde no se puede hacer pie,
y amenazado por monstruos, luces fantásticas,
a riesgo de quedar encantado. No me hagáis oír nada
sobre la sabiduría de los ancianos, sino más bien
sobre su locura,
su miedo al miedo y frenesí, su miedo a la posesión,
a pertenecer a otro, o a otros, o a Dios.
La única sabiduría que podemos esperar adquirir
es la sabiduría de la humildad: la humildad
es interminable.
Las cosas han ido todas a parar bajo el mar.
Los que bailaban han ido todos a parar bajo el cerro

11) Ser en la vida romero
León Felipe

Ser en la vida
romero,
romero sólo que cruza
siempre por caminos nuevos
ser en la vida
romero,
sin más oficio, sin otro nombre
y sin pueblo...
ser en la vida
romero... romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie
a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa,
ni la losa de los templos,
para que nunca recemos
como el sacristán
los rezos,
ni como el cómico
viejo
digamos
los versos.

La mano ociosa es quién tiene
más fino el tacto en los dedos,
decía Hamlet a Horacio,
viendo
cómo cavaba una fosa
y cantaba al mismo tiempo
un
sepulturero.
- No
sabiendo
los oficios
los haremos
con respeto-.
Para enterrar
a los muertos como debemos
cualquiera sirve, cualquiera...
menos un sepulturero.
Un día todos sabemos hacer justicia;
tan bien como el rey hebreo,
la hizo
Sancho el escudero
y el villano
Pedro Crespo...
Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.

Sensibles
a todo viento
y bajo
todos los cielos,
Poetas,
nunca cantemos
la vida
de un mismo pueblo,
ni la flor
de un solo huerto...
Que sean todos
los pueblos
y todos
los huertos nuestros.

12) Que el verso sea...
Vicente Huidobro

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema ;

Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.

El Poeta es un pequeño Dios.

13) El instante
por Jorge Luis Borges

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
De espadas que los tártaros soñaron,
Dónde los fuertes muros que allanaron
Dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está sólo. La memoria
Erige el tiempo. Sucesión y engaño
Es la rutina del reloj. El año
No es menos vano que la vana historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
De agonías, de luces, de cuidados;
El rostro que se mira en los gastados
Espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
Otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.

14) Si pudiera vivir nuevamente...
(atribuido a Jorge Luis Borges)

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.

15) No me mires a los ojos
Miguel de Unamuno

No me mires a los ojos
sino a la mirada, mira
que quien se queda en la carne
no llega nunca a la vida.
Mírame como a un espejo
que te mira, que quien te mira
no más que a ojos de la carne
según va mirando olvida.

16) Maestro...
Fernando Pessoa:
Ricardo Reis

Maestro, son plácidas
Todas las horas
Que perdemos
Si en el perderlas,
Cual en un jarro,
Ponemos flores.

No hay tristezas
Ni hay alegrías
En nuestra vida.
Así sepamos,
Sabios incautos,
Nunca vivirla,

Mas recorrerla
Serenos, plácidos,
Teniendo al niño
Como maestro,
Y los ojos plenos
De Naturaleza...

Junto a los ríos,
Junto a los caminos,
Según se tercie,
Siempre en el mismo
Leve descanso
De estar viviendo.

El tiempo pasa,
No nos dice nada.
Envejecemos.
Sepamos, casi
Maliciosos,
Sentirnos ir.

No vale penas
Hacer un gesto.
No se resiste
Al dios atroz
Que al propio hijo
Devora siempre.

Cojamos flores.
Mojemos leves
Las manos nuestras
En ríos calmos
Para aprender
Calma también.

Girasol siempre,
Mirando al sol,
Calmos, dejemos
El vivir teniendo
Ni el remorderse
De haber vivido.

17) Muere lentamente quien...
Martha Medeiros

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.

18) Las primeras palabras
Seamus Geany

Las primeras palabras se contaminaron.
Como agua de río por la mañana
Que fluye entre la suciedad
De noticias y primeras planas.
Yo sólo abrevo en el significado
De las honduras del cerebro,
Donde abrevan las aves y las hierbas y las piedras.
Que todo fluya en ascenso
Rumbo a los cuatro elementos,
Rumbo al agua y la tierra y el fuego y el aire.

19) El paseo
Seamus Geany

Galanura en el camino, el día, él y ella
Y donde sea que me llevaran. Poner pie fuera
Significaba empedrados que eran lecho de río,
Aire dominguero, techo del arroyo que fluía en silencio
Sobre rododendros en flor, dedaleras
Y cicuta acuática, setos vivos, el seto
Con sus hierbas barbudas y sombras gruesas…
Hasta que el lecho mismo del río aparecía
Grave, poco profundo, veraniego, con sus pozas,
Sus márgenes del mundo que impedían el cruce.
De la mano me llevó el amor tan lejos,
Sin la menor duda o ironía, los ojos secos,
Ávidos de sabiduría, llevando la contraria hasta que ya.
Y en adelante me mantuvo en pie, sin soltar nunca.

Y he aquí otra toma a distancia. En blanco y negro.
En esta ocasión, un negativo, deslumbrante oscuridad,
Tizne y palidez donde nos acariciábamos tú y yo,
Estos seres con que luchamos y de los que luchamos por salir,
Dos sombras que han consumido el fuego uno del otro,
Dos flamas bajo la luz del sol, capaces de agostar y chamuscar,
Y que a la vez parecen mechones de aire enervado,
Fluctuaciones a destiempo, cambios plumíferos etéreos…
Y sin embargo, aún aptos para encenderse de repente
Al toparse, de camino, con césped carbonizado, varas
Y una vieja fragancia de fuego demorándose,
Humo erótico de troncos, intriga, brujería,
Que no nos vuelve un ápice más sabios, sino más alertas
Para empujar el arado de nuevo y echarle leña al fuego.

20) Dueño de mis emociones
Og mandino

Hoy seré dueño de mis emociones.
Si me siento deprimido, cantaré.
Si me siento triste, reiré.
Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo.
Si siento miedo, me lanzaré adelante.
Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas.
Si me siento inseguro, levantaré la voz.
Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.
Si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordaré mis metas.

Hoy seré dueño de mis emociones.

Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.
Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordaré hambres pasadas.
Si siento complacencia, recordaré a mis competidores.
Si disfruto de momentos de grandeza, recordaré momentos de vergüenza.
Si me siento todopoderoso, procuraré detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta.
Si me siento orgulloso en exceso, recordaré un momento de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.
En definitiva, hoy seré dueño de mis emociones.

21) No te rías de un colla
[habitante andino]
Fortunato Ramos

No te rías de un colla que bajó del cerro,
que dejó sus cabras , sus ovejas tiernas, sus habales yertos;
no te rías de un colla, si lo ves callado,
si lo ves zopenco, si lo ves dormido.  

No te rías de un colla, si al cruzar la calle
lo ves correteando igual que una llama, igual que
un guanaco,
asustao el runa como asno bien chúcaro,
poncho con sombrero, debajo del brazo.

No sobres al colla, si un día de sol
lo ves abrigado con ropa de lana, transpirando entero;
ten presente, amigo, que el vino del cerro, donde
hay mucho frío,
donde el viento helado rajeteó sus manos y partió
su callo.  

No te rías de un colla, si lo ves comiendo
su mote cocido, su carne de avío,
allá, en una plaza, sobre una vereda, o cerca del río;
¿menos! Si lo ves coquiando por su Pachamama.
 
El bajó del cerro a vender sus cueros,
a vender su lana, a comprar azúcar, a llevar su harina;
y es tan precavido, que trajo su plata,
y hasta su comida, y no te pide nada.  

No te rías de un colla que está en la frontera
pal lao de la Quiaca o allá en las alturas del abra del Zenta;
ten presente, amigo, que él será el primero
en parar las patas
cuando alguien se atreva a violar la Patria.  

No te burles de un colla, que si vas pal cerro,
te abrirá las puertas de su triste casa,
tomarás su chicha, te dará su poncho,
y junto a sus guaguas, comerás un tulpo
y a cambio de nada.  

No te rías de un colla que busca el silencio,
que en medio las lajas cultiva sus habas
y allá, en las alturas, en donde no hay nada,
¡así sobrevive con su Pachamama!

22) No te preguntaré
por Félix A. González

No te preguntaré de dónde vienes
ni a dónde vas... Pasa adelante, hermano.
Partiremos los males y los bienes
de mi zurrón de viejo castellano...
Ésta es mi casa: adobe, tierra... Quienes
la amasaron murieron en verano
con un dolor de siglos en las sienes
y un puñado de espigas en la mano.

23) Teoría de la agricultura
por Gabino Alejandro Carriedo

El labrador viene con su carga amarilla de panes 
a medio cocer. 
Viene por el sendero el labrador adormecido 
con la pesada carga de los años, 
saluda al prójimo con su mano encallecida 
y mira, qué lástima, la tierra tan bonita,
con su puesta de sol, y el silencio, y los primeros cantos de los grillos
cuando los pájaros se han puesto a dormir,
que lástima con lo que cuesta todo,
piensa que no compensa romperse los huesos
hacerse viejo y sentencioso y arrugarse 
mientras se escucha, idéntica, la campana,
mientras el hijo salta del terrón al cuartel,
y viceversa.

El labrador acostumbrado a rascarse los bolsillos 
mira la tierra que no es suya,
vuelve la vista atrás y contempla el panorama,
qué lástima, tan bonito que parece una tarjeta 
postal, con los surcos, con la noria, con la remolacha,
con los sarmientos, con las gavillas, con los garbanzos
fidelísimamente retratados en el atardecer,
cuando las amapolas tienen un brillo póstumo
y el labrador se acuerda de su padre
por el sendero si venía con su carga 
de panes amarillos y se ponía a mirar
la serena amplitud de este paisaje
que había de comérsele.

Viene por el sendero adormecido
el labrador mirando a las hormigas, qué lástima, tan diminutas, 
tan olvidadas, que cualquiera las pisa
sin que nadie por ello violados sienta 
los derechos humanos. 
Viene para cederle al hijo la herramienta

24) No te acerques a mi tumba...
Poema Nativo

No te acerques a mi tumba sollozando. 
No estoy allí. No duermo ahí. 
Soy como mil vientos soplando.

Soy como un diamante en la nieve, 
brillando. 
Soy la luz del sol sobre el grano dorado. 
Soy la lluvia gentil del otoño esperado 
cuando despiertas en la tranquila mañana. 
Soy la bandada de pájaros que trina. 
Soy también las estrellas que titilan, 
mientras cae la noche en tu ventana. 
Por eso, no te acerques a mi tumba sollozando 
No estoy allí. 
Yo no morí!

25) Despedida...
¡Vida, estamos en paz...!

"Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y, en cambio, tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
(Amado Nervo)

26) Una palbra no dice nada...
Carlos Varela

Una palabra no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
igual que el viento esconde el agua
como las flores que esconden lodo

Una mirada no dice nada
y al mismo tiempo lo dice todo
como la lluvia sobre tu cara
o el viejo mapa de algún tesoro

Como la lluvia sobre tu cara
o el viejo mapa de algun tesoro

Una verdad no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
como una hoguera que no se apaga
como una piedra que nace polvo

Si un dia me faltas no seré nada
y al mismo tiempo lo seré todo
porque en tus ojos están mis alas
y está la orilla donde me ahogo

Porque en tus ojos están mis alas
y está la orilla donde me ahogo

27) El camino no elegido
William Prescott Frost Jr

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.

28) No te detengas.
WALT WHITMAN

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.

Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores:
el silencio.

 La mayoría vive en un silencio espantoso.
 No te resignes.
 Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

 Aprende de quienes puedan enseñarte.
 Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.

No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …
WALT WHITMAN (1819-1892)

29) "Queda prohibido"
de Alfredo Cuervo Barrero

¿Qué es lo verdaderamente importante?
Busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.
Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de falsas ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes.

Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira se puede vivir,
es cada uno quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.

Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.

Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando les necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.

Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a toda la gente que me quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hacer mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
olvidar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
pensar que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

(NOTA: según parece, falsamente atribuido a Pablo Neruda)

30) Cuando la tormenta pase...
Alexis Valdés:

Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
Seremos más compasivos.

Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamas conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos

Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.

Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.

Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado
.

31) Yo sé muchas cosas...
León Felipe:

“Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos”.
(León Felipe)

32) Cuando pase la tormenta
K.O’Meara.
Poema escrito durante la epidemia de peste en 1800

Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido,
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo
al primer desconocido,
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos,
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia,
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia,
Seremos más compasivos.

Valdrá más lo que es de todos.
Que lo jamás conseguido.
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos.

Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos.
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre
era Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.

Y todo será un milagro.
Y todo será un legado.
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.

Cuando la tormenta pase,
te pido Dios, apenado,
que nos vuelvas mejores,
como nos habías soñado.

33) Aquí no hay viejos
Mario Benedetti

Aquí no hay viejos,
solo que llegó la tarde.
Viejo es el mar y se agiganta,
viejo es el sol y nos calienta,
vieja es la luna y  nos alumbra,
vieja es la tierra y nos da vida,
viejo es el amor y nos alienta.
Aqui no hay viejos,
solo nos llegó la tarde.

(…)

Fueron niños, son hombres, serán viejos,
la mañana vendrá y llegará la tarde.
y ellos también darán consejos.

(…)

Aquí no hay viejos,
solo llegó la tarde.