Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

.

Lidia

Había una vez un chico que vino a Santa Cristina para desencantar a una joven. La chica estaba "encantada" en la cueva, y la madre le dio al chico un lazo y un pan de cuatro cuernos. Cuando llegara a la cueva tenía que decir: "Ana, Susana, sal, que tu madre te llama". De esta forma la muchacha saldría de la cueva con un caballo, y él le tendría que dar el pan a la chica y ponerle el lazo al caballo. En ese momento la chica y el caballo irían volando adonde estuviera la madre.

Pero resulta que el chico por el camino sintió hambre y comió un cuerno del pan, y colgó el lazo en un nogal que había al lado de la cueva. Entonces dijo las palabras, y cuando salió la chica, el nogal salió volando porque le había colgado el lazo, y el caballo tenía sólo tres patas. Por esta razón, la muchacha quedó atrapada en la cueva con el chico y el caballo.

Cuenta la leyenda, para terminar, que si vas el día de San Juan a las doce de la noche, y dices las palabras ("Ana, Susana, sal, que tu madre te llama"), aparece la chica, el chico, el caballo con las cuatro patas, el lazo, el pan y el nogal. Y que si le das el pan a la chica, y pones el lazo al caballo, liberarás a la chica y al chico; pero que si lo haces mal, quedarás atrapado en la cueva con ellos tú también.


Ver Santa Cristina

Volver a narración

Índice alfabético de materias