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Trova de la Pastorada
Domingo Cayarga.
Sames (Amieva), s. XIX.

Paraíso terrenal representan las majadas.
Desde Gustalcuendi a Llano, de Beza a Cuenye Mojada,
la víspera de San Juan, como se hallaban cotadas,
ese día se derrompen las referidas majadas.

Ya dan en salir pastores, grandes manadas de vacas
con cencerros y zurrones; sobre los cuernos, las mantas.
Ya suben todos contentos, los pastores y las vacas,
hasta que por fin allegan delante las sus cabañas,
donde colocan el traste y separan los xatos de las vacas
para que no mamen. Y se van a echar la parva,
con una cuerna de leche, sin dejar atrás la vianda.

Después se van a dormir a la sombra de una jaya,
al cántico del jilguero y a la corriente del agua.
Les entra un sueño dulce, más que si en colchón se hallaran.
Allí duermen tres horas como si no fuera nada.
Se levantan de dormir todos llenos de galbana,
que no son para ir siquiera por sus pies a la cabaña.

Ya, por fin, llegan a ella y vuelven a caer de espalda,
Dando tributo al sueño hasta que el hambre los mata.
Se vuelven a fartar de leche cual cabrito de dos cabras.
Y al otro día de San Juan discurre la pastorada:
ir a oír Misa a Soto y dar una convidada.

Ya devolan todos juntos a Beza de manada,
cada cual con su garrote, que es el arma asturiana;
ya bajan El Cascayal dando grandes relinchadas,
todos juntos en cuadrilla y metiendo gran algazara.
Las mujeres de Soto todas se quedan pasmadas.

Asomándose por los balcones y también por las ventanas,
dicen unas a las otras: sabrás, vecina del alma,
que vienen los bárbaros asturianos, el peor de cada casa.
Malditas sus castas, que todos los años nos pasa,
nuestros maridos en Campos y estos condenados campan.

Ya se van a oír Misa, aunque sea de mala gana,
y después en la taberna ¡ay, Santa María del alma!
Supuesto que están de leche y de muy pocas tajadas,
el vino les hace daño y se ponen como cabras.
De Soto no digo más, que con esto ya me basta.
Necesitaría mil pliegos de papel y ni eso alcanzara.

Se vuelven para Saúgu y sus vecinas cabañas.
A esto de ponerse el sol representan aquellas brañas
no terreno de este mundo, sino celestiales playas.
Los campos llenos de flores, cada árbol con sus ramas
y una música celeste que los paxarinos cantan.
Y la fuente de Cofria, que brinda tan buena agua,
¡cuántos habrá en Madrid y algunos allá en La Habana
que el vino de Valdepeñas lo cambiaran por tal agua!

Brama la vaca por el xato y el xato por la vaca,
ya reburdian los añojos, ya los novillos agarran;
la cencerrada que suena, no digo más que esto espanta,
de modo que parece la destrucción de Numancia.
Y hablando de pastores que cuidan las majadas
son mozos y chavales y algún viejo sin guadaña;
también mozas de pastoras entre los mozos andan,
no por eso tales mozas salen mujeres mundanas,
aunque la mayor parte resulten embarazadas
por la libertad que cogen y diversiones tantas
que viven con más lozanía que ninguna otra de España.

¿Más que las hijas de quién? Del duque de Salamanca,
porque aquellas infelices no pueden salir de casa
ni salir al paseo solas por aceras ni por plazas,
no yendo el padre de ellas o persona de confianza.
Vaya, pues, qué diferencia tienen nuestras aldeanas,
que duermen donde quiera, en payar o en la cabaña,
Y las van a ver los mozos, que esto galantear se llama.

Ya llega el día de San Miguel de acuerdo la barba cana
Se derrompen Carbaéu, Cueries, Barcín y La Llana;
y forman procesión desde Saúgu a las calladas,
viniendo todos contentos, los pastores y las vacas.
Llega cada uno a su prado y allá, junto a sus cuadras,
tiran cuatro relinches, porque es señal de llegada;
y a la noche a galantear, discurre la pastorada.

Se van a cualquier pueblo, Vis, Sames, Carbes y Sebarga,
Dando palos a los hórreos y al barganal que encontraban,
Tirando piedras a los perros como si no pasara nada.
Sale la gente diciendo: Estos son mozos de fama.
Ya la segunda noche allá van para La Casa Blanca
y aquella de La Brañona, como en el centro se halla.

Allá van a dormir los mozos de aquella comarca,
A dormir con las pastoras, que esto galantear se llama.
Unos entran por el bosque y otros por la milana,
y los más guapos quedan a dormir con las muchachas.

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