Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular
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Los últmos druidas:
(X)
Serie de artículos
que el autor publica todas las semanas
en el diario de LA NUEVA ESPAÑA

(22 de junio, 2012)

La verdad de la Historia

Celso Peyroux

Los cronistas oficiales deberían ser elegidos directamente por el pueblo al tiempo que lo son en las urnas alcaldes y concejales. De esta forma no serían de nadie y sí representarían a todos. Así se evitaría que su palabra de investigador y mensajero se viese menoscabada por este o aquel color político como ya aconteció y sigue sucediendo. Y ocurre que en Pravia quieren nombrar un cronista oficial para que cumpla con su noble cometido. Es decir la persona que investiga, rescata, defiende y divulga la Historia de su territorio.

Pues ¿a qué esperan? ¿Saben que en Asturias sólo hay veinte plumas que tengan este oficio? ¿Saben, para vergüenza de la fauna política, que el Principado no tiene cronista tras el fallecimiento, hace unos años, de don Joaquín Manzanares? ¿Por qué Quirós no nombra a Roberto Osorio, Lena a Xulio Concepción, Grado a…, Proaza al otro y Somiedo al de más allá? Hombres y mujeres con una trayectoria culta y amantes de su solar. Y en estas, un ánima nueva nace en estos valles. Una Luz en el horizonte. Tal vez una cronista.

Los últimos druidas
(XI)
Serie de artículos
que el autor publica todas las semanas
en el diario de LA NUEVA ESPAÑA

(15 de junio, 2012)

HOJAS VERDES, PIEDRAS NEGRAS

Celso Peyroux

La villa se vistió de esperanza con sus mejores galas al tiempo que huertas y pastizales aparecieron días atrás enlutados. El verde y el negro siempre juntos; como la vida misma: "Verde que te quiero verde". "No perdono a la muerte enamorada". Grado se llenó de carteles divulgativos, iniciativas culturales, árboles plantados". Todo ello en favor del medio ambiente para sensibilizar a sus vecinos y sobre todo a los escolares. Que si energías limpias y renovables, que si el calor de la tierra, que si la capa de ozono"

Todo muy bien, pero eso es una materia diaria a impartir en su doble vertiente: la vuelta a las "estaferias". como trabajos comunitarios y enseñanza a pie de bosque de lo que son y representan nuestros árboles. Y en estas, entre tantas esperanzas y risas juveniles se me fue para siempre la sonrisa de Lise. Piedras negras y enlutadas que no volverán a sentir la caricia del arte-sano y de sus dedos. Poeta del azabache. Druida profundo. ¿Quién recogerá su noble antorcha para que el olvido no se muera entre las manos?

Los últimos druidas
XII
Serie de artículos
que el autor publica todas las semanas
en el diario de LA NUEVA ESPAÑA

(20 de julio, 2012)

El cobijo de la vida

Celso Peyroux

Un lugar donde guarecer. Un techo para todos. Fueron las cuevas, las cabañas construidas por el hombre en los primeros tiempos. Luego casas, palacios, castillos, mansiones y más tarde gigantes edificios que, para vanidad de ántropos, pretendían llegar al cielo cual fueran la bíblica torre de Babel. Albañiles, canteros, carpinteros y el lápiz y la imaginación del arquitecto diseñando líneas y ocupando volúmenes. Enormes mamotretos para que la firma del creador permaneciese siempre en la noche de los tiempos.

Pero, como en todo, hubo la construcción humilde y sencilla nacida de la mano del artesano con el fin primordial de ser útil a los servicios primarios y de la comunidad. Así aparecieron los teitus, cabanus, pallozas, corros, hórreos, paneras… Edificaciones que se mantienen a duras penas pero que forman parte de nuestro patrimonio. Otros artistas intentan rescatarlas a través del pincel. Un pintor quirosano muestra hoy y otros días en Teverga el cobijo de la vida. La esencia del arte y de lo nuestro.

La Europa de los niños
XIII
Serie de artículos
que el autor publica todas las semanas
en el diario de LA NUEVA ESPAÑA

(27 de julio, 2012)

Celso Peyroux

Si no llegan a un acuerdo los adultos (difícil por la diferencia de culturas, ambiciones y todos los pecados capitales de la fauna humana), la unidad europea ansiada ya en tiempos de Carlomagno, está visto que serán los niños y la generación venidera quienes tendrán que volver a comenzar por la base para edificar el precioso edificio que dé cobijo a todos los hombres y mujeres de la vieja Europa.

Pero para ello pedagogos, educadores, sociólogos padres de las criaturas y políticos honestos, de recta interpretación y abiertos a la verdad -todavía queda alguno- habrán de trabajar con denuedo por el noble proyecto para que un mundo mejor, más justo y solidario sea aun posible dentro de unos años. Tendrán que volver en busca de los valores perdidos propuestos por los ilustrados con aquellas premisas del pensamiento crítico, la dignidad de la persona, la igualdad social, la noción de tolerancia y la Paz perpetua. La primera piedra queda puesta en Proaza con sus campamentos internacionales y la inocente sonrisa de los niños.

Jóvenes
vaqueros

por Celso Peyroux

En ellos y en el turismo rural está el devenir de nuestros valles. Si se hubiera hecho una planificación a tiempo el futuro ya estaría asegurado y serían numerosas las ganaderías prósperas y rentables que se dejarían ver por toda la comarca. Veinte años antes de sacar la última palada de carbón de Hullasa y otras explotaciones, nuestros ganaderos estarían en lo más alto del mercado vacuno, cabrío y caballar. No se hizo. No supieron. Creyeron que los pastizales de Marabio, Cueiro y Trobaniello eran todos de orégano.

Aún hay tiempo para recuperar los años perdidos si se toman iniciativas como el cebadero comunitario de Llanuces, nacen nuevas cooperativas y asociaciones y una comercializadora comarcal en toda regla que venda directamente sus productos cárnicos por la región, el resto del país y por qué no en el extranjero. Lo tenemos casi todo: buenos pastos, reses autóctonas de buena calidad y ganas de labor y prosperidad. La joven ganadera tevergana, Anabel  Díaz, Mar Cortina y otros… son un ejemplo a seguir. ¡Hala, palantre!

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